El 16 de noviembre habrá elecciones presidenciales en Chile, donde se presentarán ocho candidatos. De ellos, cuatro tienen posibilidad de pasar a la segunda vuelta, que se realizará el 14 de diciembre. Los más competitivos son: Jeannette Jara, de la coalición de centroizquierda “Unidad por Chile” que, de acuerdo a las encuestas, tiene una intención de votos superior al 30%. La siguen por derecha, José Antonio Kast con 20%, Evelyn Matthei con 18% y, finalmente, Johannes Kaiser 16%. Los datos surgen de la encuestadora “La Cosa Nostra” (sic) de mayor grado de predictibilidad que otras agencias. El otro dato es que con cualquiera de los contendientes de derecha que se enfrente Jara sería derrotada. De acuerdo a los sondeos, el resultado sería de un 45% contra un 55% aproximadamente.
La segunda vuelta es otra elección, con un electorado volátil, donde los dos candidatos en competencia, tendrán como referencia los resultados de la primera vuelta, para realizar los cambios necesarios en la táctica y estrategia para ganar la elección.
El electorado chileno, que históricamente fue de tres tercios, uno de izquierda, uno de centro y el otro de derecha, a partir del retorno de la democracia en 1990, se redujo a dos mitades. Una mitad representado por una derecha “democrática” que pretendió distanciarse de su complicidad con la dictadura, y la otra mitad del electorado representado por una coalición de centroizquierda. Entre ambas administraron el modelo económico y político heredado de la dictadura.
La revuelta o estallido social de octubre de 2019, por el alza de la tarifa del transporte publico, fue la gota que rebasó el vaso de los abusos de un modelo económico, injusto en su sistema de educación, jubilación y salud y privada, que se expresa en un elevado endeudamiento de las familias y desigualdad. Se levantaron en aquel momento dos banderas: la dignidad y el fin a los abusos.
El emergente de la protesta fue una fuerza juvenil de izquierda, el Frente Amplio (FA), sintetizado en la figura de Gabriel Boric, quién finalmente fue electo presidente en diciembre de 2021. Parecía ser el fin de la alternancia de las dos coaliciones que gobernaron Chile entre 1990 al 2022. Apenas electo Boric, se plebiscitó una nueva Constitución que surgió de los reclamos de la revuelta, que se materializó a través de una Convención Constitucional que funcionó durante el gobierno de Sebastián Piñera (2018-2022) entre 2021 e inicios de 2022.
En septiembre de ese año, el electorado en voto obligatorio (antes era voluntario) rechazó la propuesta constitucional, y en diciembre de 2023 rechazó otra propuesta de la derecha impulsada por Kast. Tanto la revuelta del 2019, el triunfo de Boric y el rechazo de las dos propuestas constitucionales, fue algo que NO predijeron las consultoras y encuestadoras.
Hay un tema que las investigaciones no testean, y es la lucha ideológica por la racionalidad e irracionalidad de los individuos, por la subjetividad, que a partir de la pandemia exacerba el egoísmo e individualismo a través del mercado, y la captura corporativa del Estado que realiza el capital tecnológico-financiero.
Eso se manifiesta en la disputa dentro de la derecha, entre una dialoguista o “democrática” encarnada en Matthei; y otra derecha neofascista, violenta en el discurso, misógina, homofóbica, xenofoba y antiderechos, que se expresa en Kast-Kaiser (K-K).
Desde el retorno a la democracia en 1990, en las dos ocasiones que gobernó la derecha, lo hizo con Sebastián Piñera, que busco distanciarla del golpismo. Distinto es el caso de la derecha K-K, que reivindica la dictadura y construye un enemigo interno (mapuches, inmigrantes, feminismo, diversidades, pobres).
Por el lado de la centroizquierda el desafío es volver a enamorar al pueblo con Jeannette Jara, que en las primarias de junio de Unidad por Chile, NO se anticipaba su victoria. Ella ha mostrado capacidad de gestión y diálogo, por ejemplo, en el Ministerio del Trabajo del actual gobierno, con la reducción de la jornada laboral a 40 horas, el alza del salario mínimo a 540 dólares, la promulgación de una ley contra el acoso laboral.
En segunda vuelta, que es el escenario más probable, Jeannette Jara se enfrentará con la derecha dialoguista o “democrática” de Matthei o a la derecha K-K que se ha opuesto a las conquistas sociales que Jara impulso.
