La cuenta regresiva para las elecciones porteñas del próximo 18 de mayo está formalmente iniciada. A sólo siete días de los comicios, el gobierno nacional pondrá sus últimos esfuerzos para consolidar a Manuel Adorni entre el votante capitalino y lograr anotarse un primer triunfo que le servirá como ancla para las nacionales de octubre, en las que la gestión de Javier Milei atravesará su primer referéndum después de casi dos años de motosierra. Concentrados en lograr arrebatarle la Ciudad al PRO, La Libertad Avanza intensificará su discurso y buscará ser el único espacio capacitado para polarizar con el peronismo.
Hasta el inicio de la veda, todo el oficialismo nacional estará abocado a colaborar con la elección. Desde el presidente, pasando por ministros, dirigentes y principales figuras libertarias adecuarán sus agendas para apoyar el proyecto del portavoz, que tendrá la enmarañada tarea de ser el apoderado del primer mandatario en la Ciudad.
Este sábado, por caso, la primera línea del Gabinete libertario bajó al territorio y recorrió varios puntos de la Ciudad en modo campaña. Ilustrados por Karina Milei y su mano derecha Pilar Ramírez, quien se encargó de ejecutar cada uno de los deseos de la hermanísima, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, junto a los ministros Patricia Bullrich (Seguridad), Federico Sturzzeneger (Desregulación), Mario Lugones (Salud) y Mariano Cúneo Libarona (Justicia) y Felipe Núñez (Director del Banco de Inversión y Comercio Exterior) dieron su muestra de apoyo al candidato oficial, con quien confluyeron en una reconocida pizzería del barrio de Palermo.
Del despliegue también participaron los referentes de Las Fuerzas del Cielo, el espacio que nuclea a los jóvenes dirigentes que se mueven bajo el tutelaje del asesor presidencial Santiago Caputo. El tuitero y conductor de La Misa, Daniel Parisini (conocido como Gordo Dan) y la abogada y mano derecha del jefe del relato libertario, Macarena Alifraco, oficiaron como representantes del Mago del Kremlin que, pese a subir su perfil en las últimas semanas, es profundamente reacio al contacto masivo de personas.
Pese a no participar, Milei dejó en manos de Karina la conducción del evento. El presidente, que se metió de lleno en la campaña y acompañó cada vez que pudo a su candidato, encabezó la apertura del local de LLA en Belgrano este viernes. Antes, juntos rompieron su propio récord al ser entrevistados durante seis horas por Parisini en el canal de streaming Carajo. La presencia del primer mandatario junto a Adorni, dicen en el comando de campaña oficialista, es fundamental para lograr una asociación directa al libertario y, por consiguiente, una transferencia natural de votos.
El candidato, sin embargo, sufrirá una baja fuerte. En las últimas horas se confirmó que la misa de entronización del papa León XIV será a más de 10.000 kilómetros del lugar en que se estarán celebrando los comicios porteños más importantes de las últimas décadas.
Javier Milei, como el resto de los primeros mandatarios del mundo, fue invitado a participar de la ceremonia, por lo que el libertario no estará presente durante la jornada en la que su partido se juega la batalla final con el PRO.
Quien hasta el momento está en duda que se una a la comitiva es Karina Milei. La secretaria general de la presidencia y titular de LLA nacional podría resignar su espacio en la comitiva para no dejar a la deriva al vocero, que pasará la jornada esperando los resultados en el búnker ubicado sobre la Avenida de Mayo junto al resto de los principales referentes del espacio. De hacerlo, sería la primera vez en más de un año y medio de gestión que los hermanos separan su agenda proselitista y oficial.
La ausencia de El Jefe en el avión está más que justificada. Dueña de la lapicera, la menor de los Milei se puso al hombro la campaña porteña y recorrió como una más los barrios en búsqueda de los votos macristas que, está convencida, le corresponden a su espacio. La conjetura que hacen dentro de la mesa chica de campaña se basa en la más que factible transferencia de votos que habrá tras la afiliación de Patricia Bullrich al partido oficialista en un escueto pero contundente acto que se celebró en Recoleta, que culminó con la primera entrevista pública a Karina en un programa de tevé.
El apoyo formal de la ministra de Seguridad, auguran, abrirá un nuevo esquema de votantes que, por el momento, se mantenían reacios al vocero y podrían darle un margen de ventaja por sobre Silvia Lospennato. Si bien juegan a ganar, el objetivo principal del oficialismo es lograr una ventaja de arriba de diez puntos sobre el PRO. Arrebatar la hegemonía amarilla que Mauricio Macri supo consolidar en casi dos décadas de construcción política le entregaría al campamento violeta el certificado oficial de conducción de la centro derecha nacional, el sueño de los arquitectos del relato oficialista.
Como ya relató este medio, uno de los motores que impulsan los arrebatos libertarios es la posibilidad de dejar fuera del círculo concéntrico de poder político al expresidente. El modus operandi es alevosamente sencillo. Desprestigiar la figura de su enemigo, a la par que se ejecuta la mayor diáspora de figuras que descansaban bajo su liderazgo. Una especie de robo con guantes blancos amparado por un triunfo discursivo que, por el momento, sigue dando frutos en un sector más que contundente del electorado que ambos espacios dicen compartir.
Más agudo de lo que algunos de sus detractores lo califican, Macri entiende a la perfección el presente que atraviesa su partido. Pese a mostrarse derrotado –esta semana llegó a una entrevista con resaca de Neuryl y en otra admitió que en la Ciudad el PRO podría quedar tercero–, el expresidente sabe que cuenta con una llave fundamental que puede dejarlo dentro del tablero de juego por otra larga temporada.
Aunque más austero que en territorio porteño, en la Provincia de Buenos Aires el espacio amarrillo logró consolidar un importante ámbito de poder. Con once intendencias propias, diputados y un puñado de concejalías, el bostero aún hace pie del otro lado de la General Paz, codiciado territorio de poder y dominado por décadas por las diversas especies del peronismos. Estos pequeños campamentos, que responden al liderazgo que ejerce Cristian Ritondo como presidente del partido bonaerense, son la principal garantía que aún conserva el bostero para imponerse ante la avanzada libertaria.
El expresidente sabe que, aunque pequeña, la colaboración de su estructura bonaerense será fundamental para cumplir el sueño del propio Javier Milei de ganar la provincia que custodia Axel Kicillof. Por eso, quienes lo conocen, afirman que tras la caída de Ficha Limpia el calabrés recrudecerá las exigencias que Ritondo hace llegar como principal interlocutor con la Casa Rosada. El rol del diputado es, cuanto menos, incómodo. Gracias a su experiencia supo construir un vínculo fluido con los dos vértices del Triángulo de Hierro pese al destrato continuo a su jefe político. Hay quienes dicen que en esta dilatación de acuerdos el PRO buscará sacar el mayor rédito posible de un acuerdo que será disparejo. Otros creen que El Cabezón se está tomando este tiempo para velar su relación con el heredero del Grupo Socma. «