Quienes viven en la Ciudad de Buenos Aires se enfrentan a una doble crisis: la implementada por el Gobierno Nacional de Javier Milei y la inducida por la ausencia del Estado de la gestión de Jorge Macri. Si bien no todos coinciden con esta premisa, quienes duden ahora pueden acceder a algunos datos duros de la realidad.
Este lunes, la Universidad Popular Barrios de Pie, presentó en el CIDAC de Barracas, el Informe sobre Malnutrición en Niños, Niñas y Adolescentes de los barrios populares de la Ciudad. La misma, estuvo a cargo de Lucia Bianchi, directora de la casa de estudios y candidata a legisladora porteña por Es Ahora Buenos Aires. El informe se realizó a través del trabajo articulado con espacios comunitarios de 11 barrios populares de CABA donde se analizaron casos de niños, niñas y adolescentes.
De la conformación del informe, participaron más de 100 promotoras y promotores de salud y un equipo técnico de profesionales médicos, nutricionistas e investigadores en la cual se relevaron 757 casos.
“El estudio se realizó sobre el último semestre del 2024 y los datos son extremadamente preocupantes, porque incluso en la Ciudad de Buenos Aires se evidencian cifras más altas que el global nacional: en la ciudad nos da una malnutrición del 54,2% cuando el global nacional es de 46,7”, explicó a Tiempo Lucia Bianchi, directora de La Universidad Popular Barrios de Pie y candidata a legisladora por Es Ahora Buenos Aires.
La malnutrición del 54,2% en CABA deviene de los niveles de obesidad (28,7%) y de sobrepeso (23,1%). Entre los lactantes (0 a 2 años), el 22,2% presenta malnutrición total y un 9,1% tiene baja talla. Lo que remite a la malnutrición de la madre durante el embarazo y la lactancia.
“La malnutrición tiene que ver con hábitos alimentarios relacionados con la falta de alimentación y acceso a micronutrientes esenciales para el sostenimiento de la vida, como son los lácteos, las proteínas y con un tipo de alimentación basada fundamentalmente en hidratos de carbono, en las harinas y demás”, señaló Bianchi.
El informe deja en evidencia que la franja más afectada es la de 6 a 9 años, donde el 58,9% muestra malnutrición y que el presente estado de situación expone profundas desigualdades sociales y una alarmante ausencia de políticas públicas en materia de prevención en salud.
De la presentación del informe participaron: Matías Gallegastegui (médico generalista y de familia); Ignacio Drake (sociólogo); Lucia Bianchi (directora de la Universidad Popular Barrios de Pie y candidata a legisladora); y Enrique Abeyá Galardón (Médico Consultor independiente en nutrición y salud pública materno infantil).
El trabajo se realizó en 11 barrios populares de CABA ubicados en Padre Mugica de Retiro y Rodrigo Bueno (Comuna 1), La Boca y Villa 21-24 de Barracas (Comuna 4), Padre Ricciardelli del Bajo Flores (Comuna 7), Villa Soldati y Villa 20 y Ciudad Oculta de Villa Lugano (Comuna 8), Cildañez y Mataderos (Comuna 9), Fraga de Chacarita (Comuna 15).
La investigación arrojó una malnutrición global de 47,6% y las alteraciones más frecuentes fueron sobrepeso 21,9% y obesidad 22,4%. En la Ciudad de Buenos Aires los valores han sido superiores al de nación y llegaron al 54.2%, alcanzando una obesidad de 28.7% y un sobrepeso de 23.1%.
“La CABA, con mayores recursos, sin embargo tiene niveles de malnutrición ligadas al sobrepeso y obesidad superiores a la media nacional en NNyA, esto nos interpela y nos permite interroguemos acerca de las barreras en términos de políticas públicas y determinantes sobre la gestión de la salud, la educación y las políticas sociales para garantizar una alimentación adecuada para los niños, niñas y adolescentes que la habitan”, explica el informe.
El documento recuerda que la mala alimentación plantea un serio problema de desigualdad y exclusión en términos sociales y de política pública. La malnutrición en los barrios populares suele combinar sobrepeso u obesidad con carencia marcada de micronutrientes esenciales.
En especial durante las etapas más tempranas de la vida, afecta el desarrollo neurológico y el crecimiento de niñas y niños. Pero además tiene impacto directo en la salud, significando una peor capacidad inmunológica del organismo facilitando la aparición de infecciones, la merma de la capacidad intelectual y de aprendizaje, problemas respiratorios, trastornos gastrointestinales y hepáticos, disminución de la capacidad de realizar actividad física y mayor riesgo de trastornos psíquicos como depresión o ansiedad.