Icono del sitio Noti Cumbia

Los primeros pasos del operativo «Vamos a volver» que ya diseñan en el entorno de Cristina

Los primeros pasos del operativo «Vamos a volver» que ya diseñan en el entorno de Cristina


La escucharon apretados bajo la recova de Hipólito Yrigoyen, la calle que delimita la Plaza de Mayo desde el sur. Había aceiteros, mecánicos de SMATA, parejas que se abrazaban, alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires habitués de esa parte del centro, grupos de amigos. A metros del cruce con Defensa, la “gente suelta” convivía con contingentes gremiales en una masa compacta que soportaba la ausencia de espacio sin quejidos ni excesos de ansiedad. Quienes ocupaban ese punto de la concentración atendían a la voz que llegaba por los parlantes.

No era la exlegisladora porteña Ofelia Fernández, como había arriesgado un manifestante que andaba medio boleado. “Quiero contarles que lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez vamos a volver”, dijo la voz. Su identidad, por timbre y modulación, se había vuelto inconfundible. Era Cristina. La dos veces presidenta, condenada y obligada a permanecer en su casa, hizo entonces una promesa. “Vamos a volver con más sabiduría, con más unidad y fuerza”, aseguró. En la frase había desafío, también esperanza.

Miles y miles de oídos la escucharon de primera mano. Un cincuentón de casi un metro noventa tanteó en el hombro a un conocido que tenía al lado. Estaban sobre el cordón de la vereda, al costado de un puesto de revistas. La cantidad de gente hacía pensar en un hormiguero pateado. Se cruzaron una mirada larga, mudos, mientras la voz grabada de CFK seguía sonando.

Esa mirada, de la que fue testigo este cronista por proximidad de baldosa, parecía contener varias reacciones. Probablemente impacto por lo inesperado de la frase, o por su contundencia. Quizá incredulidad por escucharla otra vez y de boca de Cristina. Sorpresa inicial, luego emoción. “Vamos a volver”, el cantito que se coreaba en las plazas del primer verano macrista y con el peronismo en la intemperie, había regresado.

Cristina lo repitió tres veces en distintos tramos del mensaje de ocho minutos que había grabado en su domicilio de San José 1111. La reiteración, lejos de ser casual, derivó en que la consigna de hace una década empezara a sonar desde el Cabildo a la Pirámide de Mayo, amplificada por miles de gargantas: cantada al unísono y a destiempo. Ecos a la distancia, capas amortiguadas de sonido, estrofas que se superponían.  

Al terminar el acto, la exmandataria transmitió a los más cercanos su alegría por el desenlace de la jornada, un evento que inicialmente se había pensado como una caminata hasta Comodoro Py, con ella misma en la cabecera. “Estaba híper contenta”, describió a Tiempo uno de sus allegados. “Lo que pasó va a quedar en la historia argentina, por la masividad y por la emotividad. Cientos de miles de personas que escuchan un audio (de WhatsApp) de manera silenciosa”, destacó la misma fuente. Y agregó: “Estamos hablando de una persona que ante una situación adversa transforma esa adversidad en un hecho político sólo comparable a la plaza (de mayo) del 9 de diciembre de 2015 o lo del 13 de abril (de 2016 en Comodoro Py). Algo asimilable a las marchas contra el 2×1 o por la universidad. Es la líder indiscutida de la oposición”.

En materia televisiva, lo que ocurrió en la Plaza tuvo la centralidad de un hecho histórico. El mensaje grabado y el posterior saludo en vivo a través de la aplicación Zoom fueron seguidos por un millón y medio de personas: quince puntos de rating según las mediciones (sin contar la difusión vía YouTube de canales de aire, cable y streamings). Más allá de la escala, el ida y vuelta con la calle será una constante. Cristina logró que el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 dejara sentado -y por escrito- que el balcón de San José y Humberto 1° forma parte de su departamento.

En el kirchnerismo ya se imaginan una imagen de Cristina junto a Luiz Inácio Lula da Silva en esa esquina de Constitución. El mandatario brasileño prometió visitarla dentro de quince días. No se descarta que lo haga entre el 2 y el 3 de julio, en simultáneo con una cumbre del Mercosur. Ayer, el ministro de Justicia bonaerense, Juan Martín Mena, advirtió que si el TOF no autorizara la visita de Lula sería “un escándalo” y algo “absolutamente ilegal”.

“Está prohibido poner restricciones a la prisión domiciliaria. No las prevé el Código Penal. Son accesorias ilegales que le van poniendo porque se llama Cristina Kirchner”, cuestionó Mena en declaraciones a Radio Splendid.

La hipotética llegada de Lula coincidirá con la cuenta regresiva electoral. El 9 de julio y el 19 de julio vencen los plazos legales para inscribir las alianzas y las nóminas de postulantes que competirán en la elección desdoblada de la provincia de Buenos Aires. Hace quince días, durante su estadía en Paso de los Libres, Cristina había destacado su rol como articuladora de una estrategia ganadora en las presidenciales de 2019.

“Agrupé a todas las fuerzas que se habían dispersado desde el peronismo y del pan peronismo, para presentar batalla. Presentamos batalla y vencimos”, reconstruyó CFK desde la ciudad correntina que limita con Brasil.

¿Vía electoral y/o resistencia?

Muchos dirigentes creen que algo similar ocurrirá en las próximas semanas: que Cristina intervendrá activamente en las definiciones del polo opositor. Pese a la paradoja de estar inhabilitada y al mismo tiempo en el centro de la conversación pública. Su actuación, además, estará validada por el reconocimiento, la gratitud y el respaldo que le expresaron centenares de miles de personas.

Bajo el lema “Argentina con Cristina”, el 18 de junio hubo actividades simultáneas en distintos puntos del país. El epicentro fue la Plaza de Mayo. Allí estuvieron gobernadores del peronismo como Axel Kicillof (Buenos Aires) y Ricardo Quintela (La Rioja). Otros mandatarios no lo hicieron de manera presencial, aunque sí colaboraron -sin alarde público, con discreción- para que decenas de grupos y delegaciones llegaran hasta Buenos Aires.

El calendario electoral impondrá sus urgencias a media que pasen los días. En el distrito bonaerense resta por verse si los distintos sectores -el cristinismo, el axelismo, el massismo, los espacios de Juan Grabois y Guillermo Moreno- concretan algo parecido a una “lista conjunta”. El titular del PJ provincial, Máximo Kirchner, levantó mucho el perfil en los últimos días. Inició una sucesión de entrevistas tras la condena y proscripción de su madre; dirigentes que le son cercanos como Mayra Mendoza y Facundo Tignanelli especularon con una candidatura suya en la Tercera Sección de PBA.

“No me resulta simpático ser candidato después de la proscripción de Cristina”, respondió ayer el propio Máximo cuando los periodistas Ernesto Tenembaum, Reynaldo Sietecase y Alejandro Bercovich le preguntaron por candidaturas. Fue uno de los ejes de una entrevista en el estudio de Radio con Vos. “A horas de consumada la proscripción, no estoy pensando en eso”, replicó el legislador y dirigente de La Cámpora. Sin embargo, en otro tramo dijo que él respondía a una conducción. “Habrá que pensarlo. Uno está siempre a disposición de su fuerza política”, señaló entonces, y dejó entrever que la posibilidad está en la baraja.

El escenario, de todos modos, sigue conmocionado por la condena contra Cristina; por la prisión domiciliaria y la inhabilitación especial perpetua. (La inhabilitación fue incorporada al Código Penal en el último párrafo del artículo 174. Ocurrió en junio de 2002, durante la gestión de Eduardo Duhalde, como parte de un paquete de leyes exigido en aquel momento por el Fondo Monetario Internacional.)

Ante este cuadro, algunos dirigentes sostienen que el nivel de conflicto obliga a postergar las definiciones electorales hasta la fecha límite. Y en lo inmediato llaman a mantener activa la movilización popular.

Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, está en esa tesitura. “Este no es momento de opinar sobre candidaturas. Falta un mes y políticamente eso en la Argentina es un montón. Tenemos que acumular fuerza porque estamos en una etapa de resistencia. Después llegará ese momento”, planteó a Tiempo. Y añadió: “Vamos a ganar las elecciones si debilitamos a este modelo y potenciamos todos los conflictos que hay en la sociedad. Si el presidente es una máquina de potenciar conflictos, nosotros tenemos que desarrollarlos todos”.

Quienes tienen a su cargo administrar, jefes comunales y funcionarios, advierten que en la PBA se viene una elección hiperpolarizada. Dicen que el peronismo unificado tiene chances de ganar. Pero reconocen que en el país coexisten realidades disímiles, como la imposibilidad de acceder a los alimentos básicos o el pago cotidiano de comida apelando a la tarjeta de crédito, mientras 50.000 hinchas de Boca están en Miami para presenciar el Mundial de clubes de la FIFA. Son los efectos transitorios del “dólar barato”, aunque sea artificial.



Salir de la versión móvil