Si la información que reveló el veterano periodista Seymour Hersh se confirma, Donald Trump habrá dado la orden para que esta noche se desate un masivo ataque sobre Irán que llevaría a una nueva etapa, más peligrosa aún, en esta Tercera Guerra Mundial en cuotas sobre la que alertaba el papa Francisco. Hersh –multipremiado por haber publicado los escabrosos detalles de la masacre de la aldea de My Lai producida en 1928 por tropas de Estados Unidos en Vietnam– afirma que sus fuentes “israelíes y estadounidenses en las que he confiado por décadas” le aseguran que el ataque se produciría a menos que el ayatolá Alí Jamenei abandone el país. Por lo pronto, varios medios confirman que seis bombarderos B-2, de la Fuerza Aérea de EE UU se habían dirigido a la base de Andersen, en la isla de Guam. Trump, a todo esto, dijo que se tomaría dos semanas para pensar si apoyará a Israel para completar la operación no provocada que inició el 13 de junio. No las tiene del todo fáciles el inquilino de la Casa Blanca. Muchos de sus más leales seguidores en la extrema derecha rechazan su alineamiento con Benjamín Netanyahu por contrario a los intereses estadounidenses y pierde apoyo entre sus votantes, que confiaban su promesas pacifistas. Las aventuras en Irak y Afganistán y el fracaso en Ucrania no son buenos antecedentes.
El feroz intercambio de estos días entre Israel e Irán deja un escenario devastado en instalaciones nucleares de Natanz e Isfahan y el reactor de agua pesada de Jondab, con el riesgo radiactivo que denuncia el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi. La destrucción de la potencialidad nuclear iraní era uno de los objetivos de Tel Aviv, que al asesinato de la cúpula militar y científica este sábado le agregó la muerte de otros tres altos cargos de la Guardia Revolucionaria.
Pero Israel tampoco la saca barata y según la información disponible –la censura se hizo férrea, afirman periodistas de todo el mundo– gran parte de Tel Aviv, Haifa y poblaciones de las cercanías sufrieron ataques de misiles hipersónicos. La Cúpula de Hierro, hay coincidencia, no se muestra inexpugnable, lo que genera dudas y temores en la población, que descree del gobierno ultraderechista.
Por otro lado, Israel no está en condiciones de mantener una guerra prolongada y no puede aventurarse a algún tipo de invasión, ni siquiera con apoyo de sus socios occidentales. En Estados Unidos tampoco será fácil convencer a la población de la necesidad de meterse en otra guerra. En tal sentido, el senador republicano Ted Cruz recibió una verdadera tunda en una entrevista con el presentador Tucker Carlson. En el reportaje publicado en el canal de X de Carlson, el ultraconservador mostró su desconocimiento sobre Irán y admite que el Mossad espía a políticos del país. No sólo eso, no lo considera un problema ya que “una de las ventajas de ser conservador es que no eres ingenuo ni utópico. (…). Parte de la razón por la que el socialismo no funciona es el mantra, ‘de cada cual según sus capacidades a cada cual según sus necesidades’ no funciona. Como conservador, asumo que la gente actúa según su propio interés racional”.
–Entonces es conservador pagar a gente para que te espíe–pregunta Carlson.
–Es conservador reconocer que los seres humanos actúan según sus propios intereses y que todos nuestros amigos nos espían. Y yo no. (…)
–¿Es de interés para Estados Unidos que Israel nos espíe, incluso al presidente?
–A Estados Unidos le conviene mantener una estrecha alianza con Israel porque obtenemos enormes beneficios de ello– responde el senador.
El punto no hace sino corroborar que la dirigencia estadounidense y occidental están siendo espiada y eso es una herramienta poderosa para manejar a las personas, además del dinero para pagar las campañas políticas, algo que también fue debatido en los medios de EE UU estos días en relación al rol del lobby proisraelí. Lo que puso de relieve otra de las críticas que circularon acerca del repentino cambio de postura de Trump, que pasó de mantener conversaciones para un acuerdo con Irán a sostener la ofensiva de Netanyahu. No pocos recordaron la escandalosa ruptura del presidente con el supermillonario Elon Musk, a fines de mayo. El dueño de X dijo que renunciaba al gobierno porque Trump había aprobado un proyecto fiscal que aumentaba al déficit. Pero no se fue y ya. Lo acusó de estar en la lista de Epstein, el hombre que murió en prisión acusado de haber organizado una red de alto nivel de explotación de menores. Un video de esa naturaleza podría complicar a Trump como no lo hizo en el pasado reciente la causa por haber pagado el silencio de una actriz porno. ¿El resto de los congresistas también se mueve a carpetazos?
Mientras tanto, Trump sigue soñando con el premio Nobel de la Paz, y este mismo sábado publicó en su red Truth Social que había logrado un acuerdo entre la República Democrática del Congo y Ruanda. Y detalló otros logros que lo harían merecedor del galardón: “detener la guerra entre India y Pakistán, (…) entre Serbia y Kosovo, (…) entre Egipto y Etiopía (…y) por hacer los Acuerdos de Abraham en el Medio Oriente que, si todo va bien, estarán llenos hasta el borde con más países firmantes, ¡y unificarán el Medio Oriente por primera vez en ‘Los Siglos!’». Trump también usó su plataforma para amenazar a los países BRICS, que se reunirán en Brasil. “La mayor amenaza para el dólar surge en el ‘Reinicio de Río’ este julio. Los adversarios económicos de Estados Unidos han estado ejecutando meticulosamente su plan más ambicioso hasta la fecha. China, Rusia y sus aliados de los BRICS han dedicado años a crear la infraestructura para reemplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva global”. Pero vende una inversión en oro para evitarlo. A nivel individual.
Un imperio caerá
Quizás para que no se cumpla aquella profecía del Oráculo de Delfos a Creso, el rey de Lidia, cuando preguntó si debía declarar la guerra a los persas, la apuesta por el cambio de régimen en Irán aparece como la mejor opción por la que se inclinan en Israel y en Washington. Es que una guerra prolongada podría hacer que la sinuosa repuesta del augur se hiciera realidad y un gran imperio perezca. Y no el persa.
Las fechas no podrían ser más ilustrativas. Los días 6 y 7 de julio se llevará acabo en Río de Janeiro la XVII Cumbre de países BRICS. Imposible que el caso del ataque a Irán no forme parte de la agenda ya que ese país es uno de los que ingresó a ese selecto club en enero de 2024. A nadie escapa que la Operación León Creciente se enfoca en la seguridad de Israel, pero es un golpe en el corazón de los BRICS e impacta no solo en China, Pakistán -que ya avisó que sale en ayuda de Teherán- y en Rusia.
Vladimir Putin habló desde San Petersburgo, donde se realizó el Foro Económico Internacional, con presencia de representantes de 140 países. “Israel es hoy prácticamente un país rusoparlante, en él vive un gran número de personas procedentes de la URSS y Moscú lo tiene en cuenta. Esta es la razón por la que Rusia tiene que caminar sobre una cuerda floja tan delicada”, dijo el mandatario, para agregar: «Hemos establecido relaciones amistosas con Irán. Apoyamos a Irán en la lucha por sus intereses legítimos, incluida la lucha por sus intereses en materia de energía nuclear pacífica”.
En Estambul, donde se desarrolló la 51ª sesión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), el presidente turco, Recep Tayyipo Erdogan, salió fuerte contra el primer ministro israelí. «Además de Gaza, Israel también ha atacado Líbano, Yemen y Siria y, desde el 13 de junio, nuestro vecino Irán ha sido blanco del terrorismo de Estado israelí», dijo, y completó: «Como la chispa que Hitler encendió hace 90 años y prendió fuego al mundo entero, hoy las ambiciones sionistas de Netanyahu no tienen otro propósito que arrastrar a nuestra región y al mundo a un gran desastre»,