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El jefe del Pentágono dice que no quieren un cambio de régimen en Irán pero…

El jefe del Pentágono dice que no quieren un cambio de régimen en Irán pero…


El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, se ufanó este domingo de que la Operación ‘Martillo de Medianoche’ contra instalaciones de Natanz, Isfahán y Fordow  “ha devastado» por completo el programa nuclear iraní y representa un «éxito aplastante» para la principal potencia militar del planeta. Al mismo tiempo, el jefe del Pentágono señaló que el gobierno de Donald Trump jamás se propuso un «cambio de régimen» en la República Islámica, algo fácil de desmentir con videos del mandatario en que incluso alardeó de que sabía donde estaba en ayatolá Alí Jamenei y lo llamó “un blanco fácil” para ser eliminado. Cosa que dijo no querer hacer “por el momento”.

Pero el derrocamiento de los líderes políticos del país persa si es un objetivo se diría que incluso fundamental para Benjamin Netanyahu. Para lo cual Israel cuenta con la “ayuda inestimable” de agentes dentro de Irán, como se reveló el 13 de junio con el asesinato de los integrantes de la cúpula militar y miembros de la élite científica que comanda el proyecto nuclear de  ese país.

En el siguiente tuit del 13 de junio, el primer ministro israelí les dice a los ciudadanosn un texto en persa que «ha llegado el momento de que el pueblo de Irán se una en torno a su bandera y su patrimonio histórico y luche por su libertad”, y recuerda el lema de manifestaciones proderechos de género en el país persa: “esta es tu oportunidad de levantarte y hacer oír tu voz. Mujer, Vida, Libertad. Mujer, vida, libertad”.

Otro apoyo, pero que no parece tan adecuado para cambiar el sistema político es el de Reza Ciro Pahlavi, un señor de 64 años, hijo del ex Sha Mohamed Reza Pahlavi, nombrado príncipe heredero el día de la coronación de su padre, el 26 de octubre de 1967. Quien desde la caída del régimen monárquico sigue ostentado el cargo con aires de aristócrata caído en desgracia. Y que ahora se pone el sayo de demócrata, copiando gestos de su admirado Juan Carlos I de Borbón, pensándose al frente de un Pacto de La Moncloa asiático. De allí que sea muy atendible recordar algunos hitos en la historia iraní de estas últimas siete décadas

Un trío sí que devastador

La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), fundada por el gobierno de Harry Truman en 1947, tuvo su bautismo de golpes en 1953, precisamente en Irán. Estaba en el trono el papá del príncipe. El primer ministro Mohamed Mosaddeg, elegido democráticamente, hay que resaltarlo, había nacionalizado la Anglo-Persian Oil Company en marzo de 1951 y se anotó en la lista de enemigos de la corona de los Windsor, Occidente y el mundo capitalista en general. Asu fue que forzaron sanciones y bloqueos varios contra el país, nada novedoso en la anglosfera.

Reza Ciro Pahlavi, aspirante a una monarquía fenecida en 1979.

La nacionalización de los recursos era un reclamo que contaba con el gran apoyo de la población, que por esa razón había ungido jefe de gobierno a Mosaddeg. El Sha, siguiendo a pie juntillas el reclamo de las petroleras -sus mandantes después de todo- lo haría renunciar en julio de 1952, pero masivas manifestaciones populares convencieron al monarca de que le convenía que volviera al poder. Asi fue que el luego nacionalizaría también la empresa telefónica.

El MI6, el servicio de espionaje de la corona, invitó entonces a la CIA a unirse para derrocar a Mosaddeg, cosa que lograron en agosto de 1953 mediante la llamada Operación Ajax. En diciembre de ese año un tribunal lo condenó a tres años de reclusión en aislamiento en una prisión militar por semejantes “delitos”.

Dicen las crónicas que cuando le leyeron la sentencia, el destituido premier dijo: “El veredicto de esta corte ha aumentado mis glorias históricas. Estoy muy agradecido de que me haya condenado. Verdaderamente, esta noche la nación iraní entendió el significado del constitucionalismo”.

El Sha permaneció en el poder, basado en la brutal represión llevada a cabo por la Savak, el servicio de inteligencia interior, vinculado a la CIA, claro, pero mucho más con la Mossad. La Savak ensayaría tácticas que luego aplicarían en América latina las dictaduras militares durante los años de plomo. Sin embargo, Reza Pahlavi I también emprendió unos esbozos de desarrollo para Irán que incluyeron un proyecto nuclear del que participó desde 1974 el contraalmirante Oscar Quihillalt, quien había sido titular de la CNEA durante la dictadura militar.

En 1978 la resistencia a la feroz dictadura de Pahlavi crecía en todo el país y a instancias del gobierno de Jimmy Carter, tuvo que iniciar medidas democratizadoras. Pero ya era tarde y el Sha terminó huyendo del país el 16 de enero de 1979 . La oposición, liderada por el Ayatolá Ruholá Jomeini, tomó el poder para dar nacimiento a la República Islámica de Irán, basada en los principios del islam.

Al principio, por una cuestión de índole religiosa, Jomeini no tenía muy buena opinión sobre la energía nuclear. Pero así y todo, con la llegada de la democracia a la Argentina, la CNEA firmó contratos con la República Islámica en tiempos de Raúl Alfonsín, que fueron desactivados en 1992 por la gestión de Carlos Menem. Quienes acusan a Irán por el ataque a la AMIA sostienen esta historia como la base de una presunta represalia, de la que no hay pruebas. Pero ese es tema para otro debate.

Ahora, Reza Pahlavi Junior se prueba al traje de monarca democrático y desde su residencia en Estados Unidos le dice a la población cosas como que “la República Islámica ha llegado a su fin y está cayendo. Lo que ha comenzado es irreversible» y les promete un futuro brillante y que «juntos sortearemos este giro radical de la historia».

«Ahora es el momento de plantar cara; es hora de recuperar Irán. Espero estar con ustedes pronto”, concluye.



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