Neymar firmó un balón que el Santos donó al Congreso de Brasil como emblema deportivo, y que luego se transformó en un inesperado objeto judicial que ha conmovido al país.
Tras haber pasado dos años desde el robo del balón durante la toma del Congreso en 2023, un juzgado sentenció a Nelson Ribeiro Fonseca Júnior a 17 años de cárcel por su implicación en dicho robo, que implicó el robo del artículo firmado por el futbolista.
Brazil’s Supreme Court convicts Nelson Ribeiro Fonseca Junior, 34, over the robbery of the ball. https://t.co/4sPmo2Zh4t
— Dawn.com (@dawn_com) July 2, 2025
El Tribunal Supremo de Brasil declaró culpable al imputado por una serie de crímenes graves, entre ellos hurto calificado, golpe de Estado, deterioro del patrimonio público, daño calificado, asociación armada para delinquir y abolición violenta del Estado democrático de derecho.
¿Cuándo autografió Neymar el balón?
Neymar autografió el balón en 2012 cuando jugaba en el Santos, y luego se lo entregaron a la Cámara de Diputados durante un acto conmemorativo del centenario del club. Sin embargo, el 8 de enero de 2023, seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, en medio del caos político, sacaron el balón del lugar.
Un mes después, Fonseca acudió a una comisaría en la ciudad de Sorocaba, a aproximadamente 860 kilómetros de Brasilia, capital de Brasil, para devolver el balón y confesar su participación. Según él, extrajo el balón para «protegerlo», pero el Tribunal Supremo Federal rechazó el argumento.
Ante esto, el magistrado Alexandre de Moraes señaló que el acto formó parte de un intento deliberado para desmantelar el sistema democrático en la nación. «La devolución tardía del balón autografiado por Neymar no justifica el hurto ni la participación en actos que buscan la ruptura institucional del Estado democrático de derecho. La conducta de Nelson Ribeiro Fonseca demuestra una clara intención de subvertir el orden constitucional, por lo que la condena es necesaria para preservar la justicia y la democracia«, agregó.
Este suceso imprevisto ha provocado que Neymar, figura icónica del fútbol brasileño, sea nuevamente el protagonista, en esta ocasión por un suceso judicial que va más allá del ámbito deportivo y muestra la compleja situación política que atraviesa Brasil.