Cada 15 de mayo, el pueblo palestino conmemora “el Día de la Nakba” (la catástrofe), en el que se recuerdan las masacres sufridas y la expulsión de más de 750 mil palestinos y palestinas de sus tierras, en 1948, para la creación del Estado de Israel. Una fecha que se transformó en símbolo de la memoria colectiva y la resistencia frente a la ininterrumpida ocupación israelí. En este 77° aniversario de la Nakba, Tiempo entrevistó a Ruweida Shakshir, activista palestina y directora de desarrollo institucional de Al-Haq (una ONG de DDHH) para analizar las distintas aristas de un conflicto de larga data que atraviesa su capítulo más doloroso con casi 53 mil personas asesinadas en Gaza, la gran mayoría mujeres y niños.
– ¿Qué significado histórico tiene la Nakba y qué interpretación adquiere en este contexto tan dramático para el pueblo palestino?
– La Nakba marcó el comienzo de la limpieza étnica de los palestinos de la Palestina histórica. Una de las cosas más importantes que la gente debe entender sobre la Nakba es que no sólo se expulsó a más de 750 mil personas de sus hogares, provocando la desaparición de cientos de aldeas palestinas, sino que eso nunca se detuvo. La Nakba continuó para nosotros todos los días, cada día, hasta hoy. Lo que estamos viviendo ahora es la continuación natural de esa política de exterminio, la culminación natural de la Nakba. No había otro destino posible para esa ocupación colonial que no sea este genocidio.
– ¿Cómo es la situación actual de la población de Gaza?
– Es una verdadera catástrofe. No sabemos bien las cifras reales, los números oficiales hablan de más de 50 mil palestinos muertos pero otras estimaciones calculan casi 200 mil. Eso es el 10% de la población. Desde que terminó el alto el fuego —que en realidad nunca fue tal— no entró ni una sola gota de agua, ni un alimento. Israel no deja entrar ninguna ayuda humanitaria para esas dos millones de personas, de las cuales la mitad son niños, es decir, un millón de niños no recibió una alimentación adecuada en más de 60 días. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ya declaró la hambruna de nivel cinco. Están usando el hambre como arma política.
Cuando un niño no recibe una nutrición adecuada, su cerebro y su cuerpo no se desarrollan bien. Estamos presenciando la destrucción de toda una generación. Están siendo bombardeados cada día, ya no existen zonas humanitarias seguras, los refugios y carpas también son bombardeados, los 36 hospitales que hay han sido bombardeados y solo cuatro siguen en funcionamiento pero casi sin medicinas, realizando operaciones sin anestesia.
Esto no es solo un crimen, están borrando a un pueblo entero. ¿Cuántas madres más veremos llorando y sosteniendo a sus bebés muertos? Este genocidio es una mancha moral en nuestra historia como humanidad.

– Recientemente el gobierno israelí aprobó un plan que habla abiertamente de la conquista completa de Gaza y el desplazamiento forzoso de toda su población. ¿Cómo califica este plan y cómo cree que va a reaccionar la población palestina en caso de avanzar?
– Llevan diciendo eso incluso antes de iniciar este genocidio: quieren tomar el control total de la Franja, quieren una limpieza étnica, que todos los palestinos desaparezcan de la tierra. Esta es simplemente la versión más explícita de esa intención y, lamentablemente, la comunidad internacional les dio carta blanca para hacer lo que quieran. Imaginemos si Rusia hiciera esto con Ucrania…
¿Qué van a hacer los palestinos? Lo que siempre han hecho: resistir. No hubo un solo día en que los palestinos no hayan resistido a la ocupación colonial. Ni uno. Y seguirán resistiendo. Pero necesitamos que la comunidad internacional intervenga, ¿o estamos dispuestos a destruir el derecho internacional por culpa de un solo país?
La ONU y sus instituciones existen por lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial, cuando se dijo “nunca más”. Y ahora descubrimos que en realidad no era un “nunca más” para todos sino para algunos. ¿Este es el mundo en que queremos vivir? ¿Miramos para otro lado porque ocurre lejos?
Este plan es absolutamente ilegal. No puede llevarse a cabo, la comunidad internacional debe intervenir; pero si no lo hace, para el pueblo palestino no hay otra opción que resistir. No se va a rendir y dejarse matar.

Foto: Edgardo Gómez
-¿Por qué cree que la llamada comunidad internacional no está frenando esta matanza? Y ¿cómo califica el rol de Estados Unidos?
– No lo detienen porque no quieren. Porque no somos blancos. Estados Unidos proporciona el 90% de las armas a Israel, en la ONU bloquea con su veto casi todas las resoluciones, le proporciona cobertura política y diplomática, lo apoya económica y militarmente. Es su principal socio en este genocidio.
– Quienes apoyan o no cuestionan la ofensiva militar israelí suelen justificarla con el “derecho a defenderse” tras los ataques del 7 de octubre de 2023. ¿Qué opina de ese argumento?
– La ley internacional establece que una fuerza ocupante no puede plantear el derecho a la autodefensa. Cualquier persona normal, aunque no sepa nada de derecho internacional, puede ver lo que está pasando y saber que no es autodefensa. Cuando destruyes el 90% de los edificios, cuando haces una limpieza étnica y desplazas al 100% de la población, cuando destruyes todas las universidades, bombardeas escuelas, bombardeas hospitales… eso no es defensa, eso es agresión pura. Eso es genocidio, y lo estamos viendo en directo en nuestros celulares.
La Corte Internacional de Justicia, que es el máximo tribunal del mundo, dijo que Israel está ocupando territorio palestino. Tenemos leyes internacionales que definen qué es autodefensa, qué es proporcionalidad. Y esas leyes no se aplican a Israel. Es como si el mundo entero, respecto a Israel, hubiera decidido tirar el derecho internacional a la basura.
– ¿Cuánto apoyo cree que tiene Hamás en la población palestina y qué legitimidad le da a las acciones del 7-O?
– No puedo decir qué piensa toda la población sobre Hamás. Hamás fue electo por el pueblo de Gaza, administra el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, toda la administración pública. Creo que también hay que distinguir entre las distintas funciones. Seguramente haya opiniones diversas, pero no puedo hablar por todo el pueblo palestino. No vivo en Gaza, no vivo bajo ocupación, no fui bombardeada continuamente toda mi vida. No vivo en un lugar donde solo tengo electricidad cuatro horas al día, donde tengo que pedir permiso para llevar a mi hijo con cáncer a otro país para salvarle la vida. Así que no me siento capacitada para responder en nombre de los 2,2 millones de palestinos que viven en Gaza.
Sería excelente que Israel levante el bloqueo, que permita entrar alimentos, que deje vivir a los palestinos. Y que permita también ingresar a periodistas internacionales para que se escuche la voz de quienes viven en Gaza. ¿Por qué Israel no deja entrar a los periodistas internacionales?
– En Cisjordania no tiene presencia Hamás, sin embargo también se vive una situación de apartheid y sigue avanzando la ocupación de colonos israelíes. ¿Qué nos puedes decir sobre este otro territorio palestino del cual casi no se habla en la prensa internacional?
– Desde los ataques de octubre, hubo también en Cisjordania una escalada de violencia, se está aplicando el mismo patrón genocida. Más de 70 mil palestinos fueron expulsados de sus hogares, estamos viviendo la mayor apropiación de tierras por parte de colonos israelíes que jamás hayamos visto, probablemente desde la Nakba.
Todos los días hay redadas en los territorios palestinos ocupados. Y allí, como dices, no está Hamás, no tienen ese pretexto. Entonces, si el problema fuese Hamás, ¿por qué están usando las mismas tácticas en Cisjordania? Lo admitió su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, cuando dijo que “2025 será el año en que recuperemos Cisjordania”.
– Mucha gente de la comunidad judía suele calificar de antisemita cualquier crítica al gobierno israelí o a las políticas sionistas frente al pueblo palestino. ¿Cuán atravesada está la religión en este conflicto?
– Siempre ha habido judíos viviendo en Medio Oriente. El judaísmo, el cristianismo y el islam provienen de esta región. Así que criticar al Estado de Israel no tiene nada que ver con antisemitismo. Usan la acusación de antisemitismo como una forma de difamarnos y silenciarnos. Muchos estudiantes judíos están al frente de las protestas en las universidades de EEUU, ¿entonces son antisemitas? ¿Se odian a sí mismos? No, es una táctica, una herramienta política para asustar a la gente y silenciarla.
Nada de esto tiene que ver con la religión. De hecho, decir que el gobierno de Israel representa a todos los judíos es, en sí mismo, una forma de antisemitismo. Porque no es así.

Foto: Edgardo Gómez
– Siempre se habló de “la solución de los dos estados” como camino más viable para destrabar el conflicto. ¿Cree que eso puede suceder en algún momento? ¿O por dónde se debería avanzar?
– Lo más urgente es detener el genocidio. Aplicar el derecho internacional. Las resoluciones están, pero no las aplican. Lo primero es que abran Gaza, que dejen entrar comida, que salven a esas dos millones de personas.
Y que se detenga la ocupación. En junio, la CIJ emitió una resolución que exigía que “todos los territorios ocupados deben ser desocupados inmediatamente”. Los palestinos tienen derecho a vivir como ustedes. Mi hijo tiene derecho a vivir como tu hija. Necesitamos que se respeten sus derechos, tienen derecho a vivir, ¡ya no sabemos de qué otra forma decirlo!
No es complicado de entender si eres una persona decente y con un mínimo de humanismo. Es un genocidio y no debería seguir ocurriendo. Tenemos que salvar a esa gente. Después de la Segunda Guerra Mundial se dijo “¿cómo dejamos que esto sucediera?». Dentro de 50 años, miraremos hacia atrás y nos preguntaremos lo mismo.