En medio del acto protocolar por el Tedeum del 25 de Mayo, el presidente Javier Milei protagonizó un momento llamativo al llegar a la Catedral Metropolitana: evitó saludar al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y a la vicepresidenta Victoria Villarruel, quienes lo esperaban en la entrada junto a otras autoridades.
El gesto fue evidente y quedó registrado en la transmisión oficial. Milei descendió del vehículo presidencial, se acercó con la mirada al frente, no extendió la mano a quienes lo aguardaban en fila y continuó su caminata directo hacia el interior del templo, generando incomodidad visible en los rostros de Macri y Villarruel.
Milei y la dura homilía de Garcia Cuerva
Posteriormente, el Presidente y el resto de las autoridades escucharon la dura homilía del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva. En ella, el prelado planteó un diagnóstico crudo de la Argentina actual: denunció la exclusión de jubilados, jóvenes víctimas del narcotráfico y familias en la pobreza (38,1%), mientras cuestionó la indiferencia de los privilegiados. También vinculó la desesperanza ciudadana con la crisis de representación política, evidenciada en la baja participación electoral del 18 de mayo.
En paralelo, fustigó la polarización social y el «terrorismo de las redes», con un llamado urgente a reemplazar el odio por el diálogo. Su mensaje, dirigido implícitamente al Gobierno, enfatizó la necesidad de políticas públicas con «rostros concretos» y una unidad que trascienda las diferencias, apelando a la herencia del papa Francisco: «Nadie puede ser mero observador« ante el sufrimiento ajeno.
