Con su tercer mandato ya avanzado, el gobernador rionegrino Alberto Weretilneck no logra acercar una propuesta satisfactoria para los trabajadores y trabajadoras que ponga fin a los prolongados conflictos que atraviesan la Salud y la Educación Pública en esa provincia patagónica en crisis.
Los docentes, por ejemplo, ya anunciaron que no retomarán las clases tras el inminente receso invernal si antes la gobernación no reabre la paritaria con una propuesta que eleve los salarios por encima de la línea de pobreza.
Además, el problema para este mandatario de creciente acercamiento e identificación con el Gobierno Nacional, es que la prolongada desinversión en Salud y Educación muestra consecuencias en la infraestructura educativa y hospitalaria con problemas edilicios y falta de mantenimiento tan significativos que integran de manera explícita las demandas de los gremios estatales y sanitarios.
En el terreno de la Salud, además de los déficits salariales, de infraestructura y de aparatología, se suma la falta de profesionales médicos y de enfermería debido al lento pero sistemático éxodo de profesionales que padece Río Negro desde hace años como consecuencia de los bajos sueldos y la sobrecarga laboral.
“El que se quiera ir al sector privado que se vaya”, respondió Weretilneck a una amenaza de renuncia masiva de médicas, médicos y enfermeras, cuya concreción hubiera convertido la crisis en colapso. El gobernador, además, respondió con el reclutamiento de profesionales desde afuera de la provincia, con promesa de salarios más altos de los que pagaba por convenio, pero igualmente no logró un cometido exitoso.
En junio, Río Negro incorporó 91 nuevos trabajadores y trabajadoras entre médicos, administrativos y enfermería, que fueron distribuidos en 18 localidades a razón de 5 por cada una. Sólo en el Hospital Ramón Carrillo de Bariloche, el más grande de la provincia, los gremios denuncian que hace falta sumar al menos 60 nuevos trabajadores solo en enfermería.
Las discusiones paritarias están rotas, y pese a las promesas oficiales en la realidad el Gobierno provincial ofreció un 0% de incremento en la última reunión. La Asociación Sindical de la Salud Pública rionegrina (Asspur) exige un haber mínimo total para enfermería de 1.600.000 pesos (básico más adicionales) cuando actualmente está por debajo del millón doscientos mil por todo concepto.
Paralelamente, el diálogo de Weretilneck con la Unión de Trabajadores de la Educación de Río Negro (Unter) atraviesa uno de sus peores momentos debido a que la propuesta oficial mantiene a los salarios docentes en el límite de la pobreza, al ofrecer un incremento del 1% para los meses de junio, julio y agosto.
Tras el previsible rechazo sindical, les acercaron una nueva proposición de un bono para junio y montos fijos en julio y agosto, también rechazada por insuficiente y además porque impacta negativamente sobre la estructura salarial, añade montos no remunerativos y afecta los aportes previsionales y de obra social, agravando el colapso de sistema de salud de los estatales rionegrinos.
El piso salarial docente para un maestro de grado jornada simple es actualmente de 625 mil pesos, que puede trepar hasta un millón al sumar todos los adicionales posibles. Según el Indec, en mayo pasado el costo de la Canasta Básica Total en Río Negro, el límite de la pobreza, era levemente superior a un millón ciento diez mil pesos (sin contar vivienda) para una familia de cuatro miembros.
El gremio docente aprobó la realización de un paro de 48 horas para el inicio de las clases durante su último Congreso realizado a fines de junio en la localidad de Valcheta, en el marco de un plan de lucha que desarrollan desde comienzo de año para las reivindicaciones salariales, pero también profesionales.
Los maestros y maestras también por las crecientes deficiencias que padecen en las escuelas, como falta de agua, cortes de gas en pleno invierno patagónico y la ausencia en ocasiones del material didáctico necesario para las clases.
De concretarse la medida de fuerza por falta de respuesta oficial, sería el segundo paro de 48 horas que se ven obligados a llevar adelante los docentes en lo que va de este año por la falta de voluntad del gobierno rionegrino para colocar a los salarios docentes por encima de la línea de la pobreza.