Los días de Franco Colapinto no son tranquilos. En las vísperas del GP de México cada minuto en la vida del argentino parece un momento de ebullición movido por la impaciencia de sus fanáticos y los rumores que movilizan las entrañas de la Fórmula 1. El equipo Alpine atraviesa una fuerte tormenta que se desató en el inicio de la temporada y todavía no pueden encontrar una salida decorosa cuando el campeonato está llegando a su fin.
En ese torbellino de cosas y de idas y vueltas, Franco Colapinto se prepara para rendir otro examen en el circuito «Hermanos Rodriguez» de la ciudad capital de México. En la última fecha disputada en Austin, el rumor fuerte fue que Alpine estaba preparando la oficialización de Franco como compañero de equipo de Pierra Gasly. Todos quedó en segundo plano cuando el argentino desobedeció una orden en pista y superó al francés desatando otro torbellino interno en la escudería.
Luego llegó la posibilidad que entre semana se realice el tan esperado anuncio que al final tampoco llegó y poco a poco se fueron calmando las aguas aun agitadas por el presente de Franco y la posibilidad de continuar oficialmente en Alpine. El mandamás de la escudería, Flavio Briatore ya había asegurado que la decisión se tomaría en el mes de noviembre y parece que así será, salvo que el próximo fin de semana suceda algo extraño, que también puede pasar.
Franco dio marcha atrás en su rebeldía
En medio de todas estas idas y vueltas, Franco Colapinto salió a declarar nuevamente sobre el incidente del GP de Estados Unidos y el argentino parece haber dado marcha atrás en sus conceptos y aceptar que las ordenes se deben cumplir. Franco aseguró que: «las instrucciones del equipo deben seguirse siempre pase lo que pase». Esto deja en evidencia que las reuniones en el equipo existieron y han dejado en claro las reglas del juego.
Además, Franco destacó que: “La situación del equipo el domingo se discutió internamente y es evidente que las instrucciones del equipo deben seguirse siempre, pase lo que pase” Se entiende que las charlas intimas han dado su resultado por lo menos desde la teoría. La realidad es que también se debe haber analizado una decisión equivocada como la que se quería tomar el domingo en Austin teniendo un auto lento, otro más rápido y un rival atacando a los dos con riesgo de perder lo poco que podían ganar.
Al final Franco le puso paños fríos a la situación y le bajó la intensidad al tema. “Estamos todos juntos y trabajamos con el mismo objetivo: seguir mejorando en cada sesión y cada fin de semana de carreras”. Ahora es momento de concentrarse y pensar en el futuro inmediato que es el GP de México otra carrera difícil para un equipo que carece de potencia y velocidad justo en un circuito donde se necesita mas que nunca de estos dos condimentos.
