Esto no es una reseña. De hecho, no lo es. Nicolás Fernández Muriano, avezado lector, que, como filósofo y escritor supo trazar un mapa sensible entre Burroughs, Glauber Rocha, Borges y Deleuze –claro, no sólo–, propone un gesto que algo recoge de esas referencias: corte y pegue. El procedimiento, entre el collage y la prosa poética, reúne renglones, apenas líneas recortadas del libro Sátira y política. Diario de la Argentina de Milei (Prometeo, 2025), y las dispone como un nuevo texto, no porque diga otra cosa, sino porque dice de otro modo. Y afirma en acto la importancia del modo de decir, en este caso, escribir. En un tiempo asediado por información que apenas alcanza a la memoria superficial, en un medio como el nuestro, repleto de contenidos que permiten a cada quien posicionarse cómodo en su burbuja de pertenencia, en un país entero convertido en una fake news, no hay significados ni buenas razones que muevan el amperímetro… Hay modos de hacer, de vincularse, de pensar, de escribir, de contemplar y dar batalla. Esta pieza organizada por Nicolás Fernández Muriano para la primera presentación del libro Sátira y política…, decíamos, no es una reseña, es una fuga maestra y un gesto afectivo, en tanto un libro es también una excusa para encontrarse y habitar de otro modo, quizás perforar el presente sin que se note demasiado. (Ariel Pennisi)
Nicolás Fernández Muriano, 17 de diciembre de 2025:
Estamos viviendo el segundo tiempo // en una máquina policial alucinada /// Los caminos del deseo parecen cada vez menos directos en el campo político // Una ingeniería del sujeto-población / construyó sobre el “diseño de sí” / una realidad “aumentada” / des…adherente de la vida. /// La inteligencia artificial / de la memoria / trae a la presencia breves apariciones de su fugitiva disipación / monumentos móviles que aún no existen… / en un fluido cambiante como comienzos de un mundo. /// La vida, entre el sueño y la alucinación, se obstina. // Nos traga en una profunda amnesia /// Aún no entramos dentro del sueño … / precisamos ampliar las brumas de aquel agujero negro de unas multitudes que se traga el presente. / Y sólo el fanatismo parece erotizar o conectar con el deseo / de días sin promesa. /// “Qué importa quién habla, ¿alguien ha dicho que importa quién habla?” /// Una tribuna de impulsividad menguante / las familias, las escuelas, las vejaciones sufridas, las esperanzas que se esfuman, los fantasmas que vienen de visita, lo vagabundo que se termina siendo y las demencias de las que nadie se salva. /// imposible pensar por fuera de un “sacrificio” permanente // No se alcanza un absoluto político si no se gobierna / la fantasía de una “inmanencia” sin afuera / La deuda ilimitada.
— ¿Qué otros sentimientos masivos se concentran en las mayorías sociales? /// un ciberpatrullaje / una monomanía de brutos digitales. // la sensación de que con muy poco es posible pasar del otro lado / la última barrera caída ante la pulsión de muerte // un sentimiento necrofágico de querer estar cerca de Menem /// ¿No es acaso cierto que los únicos muertos que vuelven son los que han sido enterrados con demasiada prisa? /// La libertad del ¡Carajo! // El miembro viril y su potencia / el punto de vista más alto de la “verga” o “mástil” // con policías secretas y persecuciones civiles. /// Vivimos rodeados de denuncias / un tiempo de mutación antropológica tecnoestética de la “especie”–
¡Pobre “hombre” aquel que cree en la libertad! / parecen salidos del closet. // si el hombre o la mujer pudieran ser lo que “quieren ser” /// Caricaturas / sin ningún condicionamiento // mientras el mundo del trabajo se transforma en precario trabajo sin mundo…/// ni siquiera es realista… /// los únicos que pueden hacer realmente lo que quieren son los que ya tienen “lo que quieren” /// en el corto plazo y con mucha sangre derramada // –aun insuficientemente / cerca de la derrota y de los vencidos // el “coaching ontológico” de los vencidos / “mide bien” en las encuestas. // “cada individuo tiene derecho a “existir” por sí mismo / sacrificarse por los demás / sacrificando a otros” /// a pesar de que haya quien pueda creer que pertenecían al mismo bando // Un galpón tan destartalado y vacío como la Argentina. // Antropología balbuceada /// Un estado potencial / de hecho /// UN PAÍS LIBRE / SOBREVIVE SAQUEANDO “FAMILIAS DE BIEN” // una afinidad antropológica / requiere un alto grado / de Vidas desperdiciadas // los “deshechos humanos” / del capital inmaterial / pivotan sobre el abismo de la autocracia fascista / que pone freno a un potencial intolerable. // La degradación del carnaval con sus rudas maneras orgiásticas / se anudó con la fe religiosa. / como un gigantesco cercado // nunca hubo un mundo más cristiano que el nuestro / que destiló la ebriedad para convertirse en sustancia de cosas esperadas. // como aquellos que marchan delante del ejército // aquellos capaces de adaptarse // cualquiera que tuviera el “mérito” … /// Las peleas no son tantas como podrían ser y los asesinatos, más allá del sensacionalismo de los medios, son menos aún. /// Somos gobernados / pero lo hacemos bajo amenaza / buscando un hueco entre identidades de odio // Hasta el último y dramático punto de inflexión / “A la izquierda está la pared”.
Sobre el libro: Sátira y política. Diario de la Argentina de Milei, de Ariel Pennisi y Adrián Cangi, con ilustraciones de Sergio Lánger, editado por Prometeo, presenta una suerte de montaje paralelo de información coyuntural seleccionada y una suerte de teoría política del presente, que concluye con una profusa bibliografía comentada. Parte de la sátira como clave de lectura; sátira que en las tradiciones populares resulta una herramienta o un arma contra los poderosos y hoy parece absorbida por el propio poder. En su despliegue hace dialogar una posible historia del realismo político por izquierda y derecha, con un conjunto de hipótesis sobre: los gobiernos de derecha como intensidades, condensaciones de resentimiento, postergación anímica, sátira invertida; el realismo progresista como elemento que forma parte de las condiciones de posibilidad del actual estado de cosas; la desarticulación de las formas modernas de legitimidad de lo público; los restos del proyecto neoliberal que sobrevive en las voluntades autocráticas; la desadherencia social y afectiva en un mundo que tiende al puro funcionamiento; la amalgama de racionalidad algorítmica y violencia inusitada en el borde de lo bizarro como parte del gobierno de y por la crisis; el cuerpo a cuerpo de luchas que van de la universidad pública, al conjunto de las minorías, de fondos anímicos a trazos institucionales de nuevo tipo; y la sospecha de que es la misma dinámica de endeblez, mezquindad, precariedad e inconsistencia de esta Argentina que no resiste sátira, la que generará las condiciones de disolución de la experiencia gubernamental libertaria…


