La inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a la que fue sometida Cristina Fernández de Kirchner sacó a la superficie mucho más que la confirmación de la correlación que existe entre la justicia y la política. La imposibilidad de que la dos veces presidenta de la nación y líder indiscutida del peronismo pueda participar de cualquier comicio por el resto de su vida deja expuesta la debilidad más grande que los arquitectos de la gestión libertaria intentaron ocultar en estos casi dos años de gestión: Javier Milei no tiene ninguna injerencia en el movimiento de los hilos del poder real.
Lejos de lo que el grueso de su electorado desea, y con particular énfasis el sector que el león logró arrebatarle a Mauricio Macri, el antikirchnerismo no forma parte de las bases que sustentan su gestión. Pese a reconocerla como rival natural, el presidente no encuentra en la figura de la titular del Partido Justicialista una enemiga a la cual destruir. “Es una rival política”, sintetizan con llamativo republicanismo cerca del primer mandatario cada vez que pueden. La diferenciación con sus aliados es clara. Los libertarios dicen ser todo, “menos gorilas”.
La línea quedó expuesta con el escueto y conciso comunicado que esbozó el propio presidente minutos después de que se conociera oficialmente la sentencia. “Justicia. Fin”, se limitó a decir el mandatario desde Israel, donde se encuentra cerrando su gira europea. Según pudo saber este medio, la línea de moderación fue un pedido expreso que se bajó al resto del gabinete, limitando al máximo las expresiones de los ministros y sus referencias al caso. La intención, explicaron, es marcar la distancia entre la resolución de la Corte y el gobierno, que soñaba con la posibilidad de derrotar a la ex presidenta en las urnas, y no mediante un fallo judicial orquestado por agentes del más variopinto ecosistema del arco de poder. Política, ni más ni menos.
Justicia.
Fin.PD: la República funciona y todos los periodi$ta$ corrupto$, cómplices de político$ mentiro$o$, han quedado expuesto en sus opereta$ sobre el supuesto pacto de impunidad.
— Javier Milei (@JMilei) June 10, 2025
Como contó este medio, la decisión de la justicia tomó por total sorpresa a la mesa chica del presidente. Días atrás, cuando las versiones sobre la posible definición eran cada vez más fuertes, un hombre ligado al primer mandatario incluso vaticinó que el tribunal dilataría hasta las elecciones su definición. “No va a ir presa”, alardeaban con el descaro de no saber qué se estaba cocinando en el cuarto de al lado.
El impacto sin cinturón contra el fallo proscriptivo deja a la vista la escasa -¿nula?- participación que los fierros del aparato estatal comandado por Javier Milei tienen en la mesa donde se sienta con comodidad el poder real. Sin reconocerlo en público, no son pocos los que creen que la jugada fue orquestada por el nunca desterrado Mauricio Macri. La descripción de la injerencia del ex presidente en el mundillo judicial es, a esta altura, un relato antiguo.
Fanático de practicar fútbol en las majestuosas canchas de la Quinta de Olivos con los mismos jueces y fiscales que estaban a cargo del proceso judicial contra la ex presidenta, el calabrés penetra fuerte en las decisiones que tienen el poder de cambiar el rumbo de una elección y, en perspectiva, del escenario político nacional. Una cualidad que ningún referente del mileimato tiene.
Una vez que se conoció la sentencia, incluso, cerca del presidente deslizaron una premisa que es compartida por integrantes de la mesa chica del Instituto Patria. “Esto con (Ariel) Lijo no pasaba”, dijo un habitué del presidente. Aunque contrafáctico, agentes del oficialismo están convencidos que la presencia del titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 4 en la Corte podría, al menos, haber logrado dilatar la sentencia. El ingeniero fue uno de los principales detractores del juez, a quien en más de una ocasión calificó como corrupto.
En este punto, y pese a haber tendido puentes durante meses con referentes designados por la mismísima Cristina Fernández de Kirchner para llegar a un acuerdo en la composición del máximo tribunal, dentro del gobierno reconocen que ahora las conversaciones se frizarán. La misma suerte correrá el proyecto de ampliación que el peronismo buscaba con énfasis aprobar desde el gobierno de Alberto Fernández. “Ahora ya está”, reconocen fuentes libertarias.
Pese a todo, dentro del gobierno insisten en que no buscarán dañar por debajo del cinturón a la ex presidenta en esta situación. Desde el círculo íntimo del presidente le reconocen a Cristina Fernández de Kirchner el honor de no convocar al caos a sus militantes, incluso cuando dentro de su mismo espacio se muestran deseos de decaer al descontrol. “Es un gesto de dignidad política”, dijo ante este medio una voz de trato diario con Milei.
Por eso, dentro de la Casa Rosada reconocen que intentarán hacer que el proceso de detención de la ex vicepresidenta sea lo menos performático posible. “Estamos haciendo todo para que no haya show”, reconocieron desde el seno del gobierno a Tiempo. Sobre este punto, afirman que buscan construir un marco de cuidado institucional para el momento que la ex presidenta deba presentarse ante los tribunales de la calle Comodoro Py para ponerse a derecho y proceder con su detención.

En tanto, desde la cúpula de poder se extendió un pedido específico a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para que la orquestación del operativo de seguridad que deberá comandar al momento que CFK se presente sea lo más armónico posible. El mismo requisito se subrayó para el comando de control de las calles y la aplicación del protocolo antipiquete. “No queremos descontroles”, reconocieron con sinceridad.
La salida obligada de la ex presidenta del juego electoral complica los planes de un oficialismo que por estas horas debate una nueva estrategia para encarar los comicios de septiembre y octubre en la Provincia de Buenos Aires. Sin Cristina en la boleta de la tercera sección, cerca del presidente deslizan que la elección del candidato previsto para competirle podría cambiar, aunque la premisa “kirchnerismo o libertad”, con la que buscarán polarizar en territorio bonaerense, se mantendrá a rajatabla.
Con el peronismo todavía en estado de shock, en Casa Rosada creen que el oficialismo podrá sacar un rédito electoral de esta instancia, aunque reconocen la capacidad del movimiento para reorganizarse incluso en los momentos más adversos. “Habrá que ver si se abroquelan o se dividen”, vaticinó una voz libertaria que no ocultó su desconsuelo por no poder competir contra el mejor cuadro político que parió el justicialismo desde el retorno de la democracia.