La tensión estalló en Inter de Milán después de la eliminación en el Mundial de Clubes, pero la verdadera batalla no fue en la cancha. Un fuerte cruce de indirectas entre Lautaro Martínez y Hakan Calhanoglu desató una tormenta interna que salpicó al vestuario. Y ahora, el club italiano tomó una decisión definitiva sobre el futuro del volante turco, pretendido por Galatasaray.
Todo comenzó con una frase del delantero argentino tras la caída ante Fluminense: “El que se quiera ir, que se vaya”. Aunque nunca nombró a nadie, desde el propio club entendieron que el mensaje iba dirigido a Calhanoglu, algo que luego ratificó el presidente Giuseppe Marotta. Herido en su orgullo, el turco contraatacó con un dardo en sus redes sociales: “El verdadero líder es el que permanece al lado de sus compañeros, no el que busca culpables cuando es más fácil hacerlo”.
El pase que no fue: Inter rechazó la oferta del Galatasaray
Con la interna a flor de piel y el conflicto expuesto, muchos daban por hecho que Calhanoglu tenía las horas contadas en el club. De hecho, el Galatasaray inició gestiones para sumarlo cuanto antes. Pero según reveló Sky Sports Italia, las negociaciones fracasaron: la oferta del club turco fue considerada insuficiente y quedó lejos de las exigencias de Inter.
A pesar del conflicto, Calhanoglu seguirá en el plantel, aunque con un entorno sacudido. Desde la dirigencia ya se reunieron con él para reafirmar su continuidad y pedir compromiso. Sin embargo, la ruptura dentro del vestuario parece más difícil de reparar. La interna dividió al equipo, con Marcus Thuram y Denzel Dumfries del lado del turco, y otros respaldando al capitán argentino.
El vestuario, dividido: ¿más salidas a la vista?
La grieta no termina con Calhanoglu. Otro de los que quedó envuelto en la polémica es Denzel Dumfries, quien no solo apoyó públicamente al turco, sino que también recriminó a Lautaro Martínez por minimizar un altercado con Marcos Acuña durante el cruce ante River, donde el neerlandés habría recibido un presunto insulto racista, según medios italianos.
Con una cláusula de rescisión de 25 millones de euros y clubes como Barcelona y Manchester City tras sus pasos, Dumfries podría estar viviendo sus últimos días en Milán. Jorge Mendes, su representante, ya trabaja en una posible salida, mientras las tensiones internas crecen y los líderes del plantel intentan apagar el incendio.
Inter busca calmar las aguas
El cuerpo técnico y la dirigencia saben que para seguir compitiendo en alto nivel necesitan recuperar la armonía interna. Aunque Calhanoglu seguirá en el club, la situación dejó cicatrices. Lautaro, por su parte, aún no se expresó tras el descargo del turco, mientras los dirigentes intentan evitar que el vestuario se fracture aún más.
Con objetivos ambiciosos en la Serie A y la Champions League, Inter busca reconstruir la unión desde adentro. Pero las tensiones no cesan, y mientras algunos jugadores ya piensan en cambiar de rumbo, el club deberá decidir si apuesta por la reconciliación… o por una limpieza profunda.