El presente de Franco Colapinto lo muestra consolidado en la Fórmula 1, pero detrás de ese éxito hay una historia marcada por la soledad y el sacrificio. El argentino de 22 años, oriundo de Pilar, compartió en el podcast oficial de la categoría cómo fueron sus primeros pasos en Europa, cuando todavía era un adolescente.
“Cuando me mudé a Europa con 14 años no tenía amigos y nadie se preocupaba por mí”, confesó el piloto, que recordó aquellos días viviendo en un pequeño departamento ubicado sobre una fábrica de kartings en Italia, muy lejos de su familia.
Una adolescencia marcada por la soledad
Colapinto relató que no contaba con mánager ni con alguien que lo acompañara en su día a día. “No tenía mánager tampoco… estaba solo. Me gustaba trabajar con los mecánicos a diario, iba al taller y estaba con ellos. Nadie me cuidaba”, reconoció.
Incluso en sus ratos libres la soledad era evidente: “Los fines de semana iba solo al shopping. Me compraba algunas cosas para cocinarme. Ese fue mi mejor momento en la cocina”, recordó entre risas.
Una anécdota que lo marcó
El piloto también contó un episodio vivido en uno de sus primeros viajes a Inglaterra: “Íbamos en una furgoneta y, al mostrar mi pasaporte, una mujer me dijo: ‘tenés que estar en el colegio’. Yo le respondí que estaba ahí para hacer lo que amo”.
Esa determinación lo acompañó desde chico y se convirtió en su motor para superar las adversidades de sus comienzos en Europa.
La resiliencia que lo llevó a la élite
Las palabras del piloto de Alpine muestran el costado más humano de su carrera, el esfuerzo y la resiliencia que necesitó para abrirse camino en un ambiente tan competitivo como el automovilismo.
Hoy, con su nombre instalado en la Fórmula 1, esas experiencias de soledad son parte de la historia que explica cómo un joven argentino logró llegar a la cima del deporte motor mundial.
