El triunfo electoral y el recambio ministerial envalentonó al gobierno para avanzar con las reformas de segunda generación que apuesta concretar en la segunda mitad de la gestión de Javier Milei. Además de la tributaria, penal y previsional, el Ejecutivo tiene particular interés en avanzar en la modificación de la Ley laboral que busca reconfigurar el paradigma del trabajo y sus condiciones de acceso. Para ello, en el oficialismo comenzaron con el operativo seducción con el objetivo de conquistar a las cabezas de la Confederación General del Trabajo (CGT), lograr el consentimiento necesario para conseguir las modificaciones y evitar así conflictos venideros que podrían poner en jaque la estabilidad política de la gestión.
El vínculo con los gremios se mantuvo a flote gracias a Santiago Caputo y, hasta su salida, Guillermo Francos. Ambos, quienes supieron entrar a la perfección en el traje de políticos tradicionales, entendieron, a diferencia del resto del gobierno, que una fluida relación con el sindicalismo es un factor importante a conservar. Un aprendizaje que dejó Mauricio Macri, quien había logrado tener una concordancia interesante con Hugo Moyano en los albores de su presidencia. Impregnada en la historia de la Confederación quedó la inauguración del monumento a Juan Domingo Perón que el ex presidente destapó en la Ciudad rodeado de aplausos.
Con esta lección, desde la llegada del libertario a la Casa Rosada el asesor favorito de Milei buscó plegarse a la cúpula cegetista. El primer encuentro formal entre el gobierno y los popes de Azopardo se dio en abril del 2024, luego de que el amparo habilitado por la justicia laboral garantizara la nulidad de los artículos del DNU 70/2023 que buscaban imponer una reforma laboral sin pasar por el Congreso.
Pese a los paros generales que convocó la central obrera, los cónclaves en Balcarce 50 se sucedieron a lo largo del año, hasta que el presidente formalizó el Consejo de Mayo, que una vez por mes aglutina a Gerardo Martinez (UOCRA) con representantes del empresariado (Martín Rappallini, de la UIA); el Congreso (Carolina Losada por el Senado y Cristian Ritondo); y las provincias (Alfredo Cornejo) con Federico Sturzenegger y el saliente Francos.
La propuesta del gobierno para conseguir el apoyo de la CGT en la reforma laboral
En este contexto, el gobierno reabrió el juego para debatir la reforma laboral que empujan consolidar desde su llegada al poder. En los últimos días, volvió a circular el borrador del proyecto presentado por la diputada karinista, Romina Diez, en el que se retoman varios puntos del DNU frenado por la justicia. La redacción y pormenores del texto están bajo la estricta supervisión de la secretaria legal y técnica, María Ibarzabal y el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, ambos soldados de Santiago Caputo.
La polémica por el refritado proyecto se extendió con los artículos que buscan impulsar un aumento de las horas de trabajo y las modificaciones de contratación. Sin embargo, la alerta en el mundo gremial se encendió con la insistencia del gobierno de modificar las leyes 14.250 (de Convenios Colectivos) y 23.551 (de Asociaciones Sindicales) que atentan de forma directa con el ingreso y financiamiento de los sindicatos.
Además de buscar la eliminación de la ultraactividad, la limitación de asambleas en horario laboral, e intentar imponer nuevas jerarquías en los Convenios Colectivos de Trabajo que limarían el poder gremial dentro de las negociaciones paritarias, el gobierno apunta a que el patrimonio sindical se integre exclusivamente por cuotas de afiliados, bienes propios y donaciones no prohibidas. Este artículo eliminaría de cuajo los aportes solidarios que los trabajadores contribuyen mediante una retención de su salario, un mecanismo fundamental para la supervivencia de los gremios.
En la quinta reunión del Consejo de Mayo avanzamos en la construcción de acuerdos amplios para llevar adelante la agenda de reformas estructurales que la Argentina necesita.
Participaron del encuentro el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, @fedesturze; el… pic.twitter.com/oUclO6kOeG
— Guillermo Francos (@GAFrancosOk) October 20, 2025
Desde el momento de la decisión de la gestión de Javier Milei de avanzar contra los gremios, en Azopardo pusieron el grito en el cielo. No sólo hubo una ola de presentaciones judiciales para frenar toda avanzada contra su existencia, sino que además se abrieron canales de diálogo paralelos para evitar que los deseos del libertario lleguen a puerto. En este contexto, fuentes gubernamentales confiaron a este diario que desde la central obrera mostraron predisposición para encontrar puntos de acuerdo que permitan al gobierno avanzar con su reforma, al mismo tiempo que los sindicatos puedan mantener en pie su fuente de ingresos.
En este sentido, la propuesta que llevará el gobierno a la mesa de discusión será la de garantizarle a la CGT la vigencia de los ingresos a través del control del Fondo de Cese Laboral que utiliza el sindicato de la UOCRA conducido por Martínez, principal nexo entre el gobierno y la central obrera. Uno de los argumentos a los que se aferran en el oficialismo es que la modificación de la ley laboral aumentará el flujo de trabajadores bancarizados, lo que a su vez garantizaría a los gremios mayores ingresos por el aumento de afiliados. Una teoría del derrame sindical de bajo mote.
Pese a que la discursiva de la central obrera se mantiene aferrada a la disconformidad opositora, en el gobierno están confiados que podrán llegar a un acuerdo que les permita avanzar en línea recta con la modificación de la ley laboral y sindical. Tanto así, que en un importante despacho se aventuran a advertir que el proyecto se podrá tratar en el período de sesiones extraordinarias que el Ejecutivo convocará entre el 10 y 31 de diciembre, con posibilidad de extender la discusión hasta enero, si así fuese necesario.
El oficialismo recibió el primer guiño el miércoles por la tarde, luego de que se concretara la elección de las nuevas autoridades de la Confederación en Obras Sanitarias. Luego de ser designado dentro del triunvirato, Jorge Sola advirtió: “Nosotros estamos ahí para ayudar. Estamos para incorporarnos a la discusión que sea necesaria. Con acuerdos, con diálogos, con tensión y con conflicto. No le vamos a escapar al conflicto porque eso en algún momento requiere una solución, pero rechazamos el enfrentamiento. Creemos en la tensión constructiva, en el diálogo que nos da la convención colectiva de trabajo, en las paritarias, en la generación de nuevos y mejores derechos. Y es ahí donde tenemos la fortaleza.» Quien quiere oir que oiga.
En este marco, en el gobierno no descartan convocar al nuevo tridente cegetista -al que recibieron con buenos ojos- a la Casa Rosada para entablar nuevas conversaciones con el renovado gabinete coordinado ahora por el flamante jefe de gabinete, Manuel Adorni, quien comenzó con las limpiezas energéticas en el despacho de la planta baja, que hasta el lunes ocupó Guillermo Francos, para concretar la mudanza en los próximos días.
Sin embargo, la salida de Francos no fue bien recibida en Azopardo. El ex titular de los ministro tenía un vínculo de larga data con las cúpulas sindicales, que se extendía desde su paso por el menemismo. Aquella historia compartida fue fundamental para aflojar el corazón de Los Gordos, que buscarán cerrar toda negociación con Santiago Caputo y no con los recién llegados. Más problemas para Milei, todavía encerrado por las indefiniciones políticas que arrastra gracias a la interna que se sostiene en su mesa chica.


