En el anochecer del domingo, el PRO, fuerza gobernante en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde 2007, aguardaba con preocupación los resultados de las elecciones legislativas con la perspectiva de un tercer puesto muy alejado de las fuerzas del peronismo y de La Libertad Avanza. En plena calle Balcarce, el reducido búnker frente al histórico cuartel del partido se mostraba semi vacío y las expresiones de sus referentes no mostraban buenas perspectivas.
Mauricio Macri llegó minutos después de las 18 hs. Un poco antes lo hizo su primo y jefe de gobierno Jorge Macri, acompañado por su esposa, la conductora de televisión María Belén Ludueña la cabeza de lista, Silvia Lospennato, que no votó en la jornada de hoy por no haber realizado el cambio de domicilio correspondiente.
María Eugenia Vidal, ex gobernadora bonaerense y actual jefa de campaña del PRO, tomó contacto con la prensa cerca de 18.20 hs para aclarar que «no tienen boca de urna» y que su partido había tenido registro del bajo porcentaje de participación. Sin mayores precisiones, se retiró.

Entre la estructura de vallados y las dos carpas entre la vereda y el empedrado, muy pocos militantes amarillos y algunos curiosos destacaban por encima de la sobrerrepresentación de trabajadores de medios de comunicación. Fernán Quirós dijo frente a los micrófonos y cámaras, a pocos minutos de las 19 hs, que «si la participación es baja, es porque la sociedad nos está queriendo decir algo».
Entre las versiones que circulaban minutos antes de los primeros resultados oficiales, la buena performance de Horacio Rodríguez Larreta en combinación con la afluencia escueta de votantes no mostraban buenos augurios para el oficialismo porteño.
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