Aunque gran parte de los tamberos no está pasando un buen momento porque el aumento de la producción proyectado por la industria está tirando el precio de la leche cruda hacia abajo, nadie se quiso perder la exposición más importante del sector elaborador del Cono Sur, que se realiza todos los años a mediados de mayo en la ciudad santafesina de Esperanza y que atrajo a más de 18.000 personas.
Con el nombre de esa localidad como estímulo y sabiendo que la lechería es una actividad muy sacrificada y cada vez más restrictiva para los pequeños productores, del 13 al 15 de mayo se llevó a cabo “Todo Láctea”, con las tradicionales jornadas de capacitación, el taller sobre crianza artificial de terneros, las olimpíadas lecheras entre más de 50 escuelas especializadas, el simposio de ciencia y tecnología de lácteos, el concurso del mejor queso santafesino, la jura a campo de las vacas lecheras, remates y otras actividades.
Sin embargo, en un momento en el que las políticas económicas del Gobierno llevan a que la mayoría de la población se encuentre nadando en dulce de leche para llegar a fin de mes, ese famoso postre argentino despertó la mayor atención, con la segunda edición de la Copa Argentina de la especialidad, en la que compitieron más de 100 elaboradoras.
El equipo del INTI Lácteos, coordinado por la experta en análisis sensorial Ivana Nieto y apoyado por un notable grupo de jurados especialistas, llevó adelante durante los tres días de la muestra un trabajo de selección criterioso y técnico para elegir el mejor dulce de leche familiar y repostero del país, así como lo hicieron con las seis categorías de quesos locales a catar.
“Buscamos mejorar la imagen y el posicionamiento de los productos en el mercado, a través de la mejora de la calidad y de la difusión de sus características sensoriales, al tiempo que fomentamos y aseguramos un certamen transparente, garantizando la confidencialidad de datos y resultados”, comentó Nieto, que además es ingeniera en alimentos y presidenta del Consejo Mundial de Dulce de Leche.
En la tarde de la última jornada, en el auditorio principal se reconoció como campeón nacional al dulce de leche repostero de Windy Lácteos de Arroyito, que a su vez recibió el primer puesto en su categoría, mientras que el segundo y tercer premio le correspondió a Lácteos Don Victorino SRL – La Casiana y la Cooperativa Agrícola Ganadera de Arroyo Cabral.
“Este premio demuestra el compromiso y el esfuerzo que hacemos a diario para ofrecer un buen producto comercial”, expresó a la prensa local el representante de la marca cordobesa Gerardo Rapp tras la premiación, y destacó que su dulce de leche fue evaluado por su consistencia, corte, sabor y color, atributos que cumplían con los más altos estándares del certamen.
Un premio al paladar
Windy Lácteos nació en 1935, procesa unos 100.000 litros de leche por día y tiene 80 empleados distribuidos en tres divisiones, pero la planta específica de dulce de leche produce cerca de 200.000 kilos mensuales. El ganador del máximo premio explicó que en la planta industrial cordobesa trabajan con leche concentrada, lo que acorta los tiempos de cocción y genera sabores más suaves y colores menos intensos, y que ese fue un diferencial muy valorado por el jurado.
En la categoría de dulce de leche familiar se premiaron, en orden de importancia, a Duy Amis de Don Emilio SRL, Industrias Lácteas el Rosquinense SA y Establecimientos San Ignacio SA. Vale aclarar que en un principio se pensaba ampliar la competencia y realizar la primera Copa del Mundo del Dulce de Leche en “Todo Láctea”, pero finalmente no se pudo conseguir la participación de las delegaciones regionales e internacionales que habían anticipado su interés, como España, Paraguay, Brasil y México.
El dulce de leche es una creación argentina de origen fortuito en el siglo XIX, que a lo largo de las décadas se hizo famosa en el mundo como un postre, manjar o delicia digna de ser probada. En lugares de paseo turístico, como la tradicional feria del barrio de San Telmo, a los tradicionales ponchos y mates colgando en los escaparates de los locales de souvenirs, cada vez más se ven frascos de vidrio y envases de cartón de medio kilo a la venta de diversas marcas como un producto típico argentino.
En el país se producen más de 120.000 toneladas al año (el 10% se exporta) y, pese a la caída del 10% en las ventas, se consumen en promedio tres kilos por habitante por año. Y, como ocurre con la yerba mate, la exportación de dulce de leche excede en volumen a la demanda asegurada en todo planeta de los argentinos expatriados con nostalgia y costumbres arraigadas. De hecho, y aunque una es amarga y el otro dulce, despiertan curiosidad y luego apego en muchos lugares del mundo.
Sin ir más lejos, la prestigiosa guía culinaria Taste Atlas publicó en febrero de este año en su ranking con los 100 mejores postres del mundo a dos representantes argentinos en los puestos once y treinta y dos: el dulce de leche y los alfajores, que a su vez derivan del primero por su ingrediente más valorado. Allí remarcan que este manjar espeso y caramelizado es un símbolo de la repostería argentina y se utiliza en una gran variedad de preparaciones, desde rellenos de tortas hasta helados y alfajores.