La posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia deje firme la condena a seis años de prisión contra Cristina Fernández de Kirchner mantiene en alerta al gobierno nacional, que empieza a diagramar nuevos bocetos de su estrategia electoral en caso que la la ex presidenta no pueda formar parte de la contienda este año.
La efusividad que las jóvenes hordas de militantes digitales están montando alrededor de la posible condena a la señora es diametralmente opuesta al sentimiento que hermana a la mesa política del gobierno nacional. Alejados de la espiritualidad antiperonista y persecutoria que caracterizó a la gestión de Mauricio Macri, los arquitectos del relato de Javier Milei creen que la mejor manera de polarizar contra el justicialismo es en las urnas y, por sobre todas las cosas, con la ex presidenta en la cancha.
La definición de la titular del Partido Justicialista de competir como candidata a diputada provincial por la tercera sección electoral entusiasmó al gobierno, que encontró en la decisión de la dirigente una veta ideal para profundizar en su codiciada batalla cultural. Como ya contó este medio, el equipo de campaña, montado y coordinado por Santiago Caputo, configuró el relato oficialista bajo la premisa “viejo versus nuevo”, una proposición con la que el oficialismo nacional buscaría salir a confrontar contra la ex presidenta. La idea no es nueva. El asesor presidencial ya había propuesto este enfoque en la campaña porteña que llevó a Manuel Adorni como primer candidato en la Ciudad. “Kirchnerismo o libertad”, rezaba el slogan que ideó el amante de las armas.
Antes de conocerse la latente posibilidad de que la ex vicepresidenta no estuviese en las boletas, la elección del candidato libertario fue una instancia clave. El mismo día que se confirmó la participación de CFK en la elección, una de las cuentas atribuidas al asesor montó un primer boceto del perfil del candidato. “A una señora mayor, comunista y condenada hay que ponerle enfrente un pibe, libertario, irreprochable. La elección más fácil de la Historia”, rezaba por entonces el posteo de la enigmática cuenta.
A una señora mayor, comunista y condenada hay que ponerle enfrente un pibe, libertario, irreprochable. La elección más fácil de la Historia.
La libertad avanza.
— Jack (@MileiLibertador) June 3, 2025
Pese a esto, el perfil del elegido está lejos de cumplir estos primeros requisitos. Según pudo saber este medio, Javier Milei ya tendría definido el nombre del posible candidato, una instancia de la que Caputo también formó parte. El proclamado, cuyo nombre habría sido acercado por el tuitero Daniel Parisini, conocido digitalmente como Gordo Dan, es una persona a la que desde la mesa chica definen como un “trabajador” y un hombre completamente alineado a las ideas del presidente, a quien conoce desde el mismo momento que el mandatario decidió incursionar en la política como Diputado. “Es un soldado de Javier”, confiaron a Tiempo cerca del primer mandatario.
A contramano de lo que se especuló este tiempo, el candidato no se adapta al perfil juvenil que buscaban en el gobierno. En los últimos días, en el oficialismo habían echado a correr versiones sobre posibles candidaturas de los treintañeros nucleados en Las Fuerzas del Cielo, la agrupación que responde a la jefatura de Caputo. En la danza de nombres se encontraban desde el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo; el community manager del presidente, Iñaki Gutierrez y hasta el propio Parisini, a quien le montaron un falso operativo clamor en Twitter. “No va a ser ninguno de ellos”, confirmó a Tiempo una de las selectas y privilegiadas personas que integran el círculo del presidente y están al tanto del candidato.
De las pocas personas que cumplen en detalle estas características es Flavio Arenales. El hombre de 51 años, poco conocido por el público general, es uno de los primeros militantes genuinos que cautivó al estruendoso economista. Oriundo de La Matanza, el obrero se llevó el reconocimiento del entonces candidato a presidente luego de que en un acto previo al balotaje del 2023 alzara entre la multitud un humilde cartel de cartón que rezaba “Las fuerzas del cielo Virrey del Pino”, escrito con un fibrón negro, que el libertario levantó e inmortalizó entre sus seguidores.
Desde ese momento, Arenales logró captar la atención de Milei y, lo más importante, la aceptación de Karina. Tanto así que es posible verlo en cada uno de los actos que los hermanos encabezan en diferentes puntos del país. El cierre de campaña porteño y las recorridas de la hermanísima por Santa Fe no fueron la excepción. Pese a alinearse a los requisitos, ningún agente del gobierno afirma ni descarta esta posibilidad. El silencio y misticismo que rodea a la confirmación del candidato responde estrictamente a la estrategia del Mago del Kremlin de no querer exponer a posibles cuestionamientos y escaneos públicos al elegido presidencial antes de tiempo.
Pese a ya estar elegido, la posible condena de CFK podría cambiar los planes del Ejecutivo. En caso que las versiones que indican que la definición del máximo tribunal se conocería esta semana sean ciertas, dentro del gobierno no descartan cambiar la estrategia para no “quemar” al nuevo elegido en una elección que, con la ex presidenta fuera del partido, volverá a tener sólo importancia a nivel municipal. “La decisión final la vamos a tomar una vez que esté el fallo, adelantarse no tiene sentido”, razonaron en el oficialismo.
En este sentido, dentro del gobierno advierten que se mantendrán al margen de la situación procesal que atraviesa la ex vicepresidenta. Si bien entienden que, en el corto plazo, pueden obtener un rédito electoral que les sea beneficioso, lo cierto es que en el gobierno no son pocos los que creen que la efectivización de la condena podría provocar dentro del justicialismo un reordenamiento natural en medio de una interna sin precedentes entre la titular del partido y el gobernador Axel Kicillof.
Además, están convencidos que la jefa del peronismo moderno buscará embanderarse como una perseguida política, un mote que en la historia nacional e internacional sobran ejemplos de reivindicaciones posteriores. La tercera presidencia de Juan Domingo Perón tras dieciocho años de proscripción y la vuelta de Lula Da Silva en Brasil luego de su paso por la cárcel no son más que una muestra empírica de ello. En el oficialismo lo saben, por eso miran con cautela esta posible condena.