El edificio de cuatro plantas con puerta de ingreso por San José 1111 va en camino de convertirse en una locación clave para la política latinoamericana. El inmueble que se levanta en la intersección con la calle Humberto 1°, de ochava y balcones ya famosos (al menos el del segundo piso), recibirá en los próximos meses a varios visitantes ilustres. Uno de ellos será el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, nada menos. Pero habrá otros nombres de la política internacional que llegarán hasta ese punto del barrio de Constitución. La intención, compartida en todos esos casos, será encontrarse con Cristina Fernández de Kirchner.
Por el peso histórico de la dos veces presidenta, por la vigencia de su figura y su capacidad para irrumpir en la agenda, quienes ingresen al departamento en el que cumple prisión domiciliaria protagonizarán un hecho fuerte para la Argentina; también para América Latina.

Lula ya hizo saber que la visitará los primeros días de julio, cuando arribe a Buenos Aires para recibir la presidencia pro témpore del Mercosur. Su primer gesto fue llamarla por teléfono al día siguiente del fallo de la Corte, el miércoles 11 de junio. Él mismo lo informó desde su cuenta en la red social X.
Otra demostración de cercanía fue la llegada al país de un enviado del PT, el diputado federal Paulo Pimenta. Exministro de Comunicación y muy allegado a Lula, Pimenta estuvo el último miércoles en el palco de la concentración en Plaza de Mayo y alrededores. En ese mismo lugar, al dialogar con periodistas, confirmó que Lula irá a ver a CFK al departamento de Constitución. “Ya manifestó su deseo de estar con Cristina. No dejaría jamás de visitarla estando en Argentina”, ratificó en diálogo con Radio 10.
Sobre el contenido de la conversación telefónica con CFK, el propio Lula compartió algunos detalles, cuestiones de carácter personal. En una entrevista grabada para un podcast de la plataforma Spotify, en el ciclo de entrevistas Mano a mano, del rapero brasileño Mano Brown, cuyo contenido recién trascendió ayer, el brasileño reveló que escuchó a Cristina muy emocionada.
“El otro día llamé a Cristina Kirchner, que estaba condenada. La llamé para expresarle mi solidaridad, e incluso lloró. Le dije: ‘Cristina, te llamo porque quiero que sepas que mi amistad contigo no se debe a que tú y yo fuéramos presidentes. Mi amistad contigo se debe a que yo soy una persona y tú eres una persona’”, reveló.
Más allá de la dimensión humana, el anuncio de que Lula hará todo lo posible para verse con Cristina ya comenzó a generar nerviosismo en la Casa Rosada. Lo mismo entre los jueces del fuero federal y la propia Corte.
San José 1111, a esta altura, aunque haya perdido las muestras de afecto constituidas por cartas, afiches, dibujos, banderas y frases escritas con fibras y pegadas con engrudo o scotch, parece sumar un capítulo a la saga de domicilios que quedaron en la historia del peronismo. Como Navalmanzano número 5, urbanización Puerta de Hierro, Madrid, escenario del destierro del general Perón; o también Gaspar Campos 1065, Vicente López.

Quienes comparten tiempo con Cristina, entienden que lo que está viviendo combina lo cotidiano con una variable histórica, cuya interpretación y revisión quedarán para más adelante. El productor audiovisual Jorge “Topo” Devoto, muy allegado a la familia Kirchner, fue testigo de la disposición con la que la exmandataria encara este momento de su vida. “A mí no me van a bajonear; al contrario, me van a agrandar”, le escuchó en las vísperas de la decisión de la Corte.
La actitud de la moradora de San José 1111 contagia a sus colaboradores. Ellos están convencidos de que el segundo piso de la calle San José será un escenario determinante para la política argentina, en particular en los próximos cuatro meses. Serán 120 días que coincidirán con la campaña electoral. Y que podrían incluir otro acontecimiento clave el próximo 17 de octubre, a menos de diez días de las elecciones nacionales.
“Es importante lo de Lula. Y de acá a cuatro meses pueden llegar más visitas de Europa, de España, de la región”, deslizaron a Tiempo con algo de misterio y buena información.
En lo inmediato, la prioridad está puesta en la denuncia de las particularidades que le impusieron a Cristina en su prisión domiciliaria. El diputado Leopoldo Moreau lo denunció ayer con un tuit: “Ahora se les ocurrió imponer restricciones a Cristina Kirchner con el objeto de aislarla. No hay ningún detenido con domiciliaria y menos aún con pulsera electrónica al que haya que visitar en su domicilio con previa autorización judicial”, cuestionó. Además adelantó que los diputados de UxP están pensando denunciar ante la Unión Interparlamentaria Mundial la restricción que les impide encontrarse con Cristina.
En cuanto a las próximas dos semanas, el equipo de la expresidenta estará abocado a la organización de actividades en el espacio público. Habrá también campañas pensadas para el universo digital.

“Con el correr de los días se van a ir conociendo acciones para denunciar la ilegalidad de la situación de Cristina y de su condena”, anticiparon a este diario. Y sobre el encuentro con Lula contaron que “aún no se produjo un contacto operativo” para coordinar. “Faltan 15 días. Estamos agradecidos con Lula”, remarcaron.
En cuanto a la campaña en ciernes, la limitación de la prisión domiciliaria no impedirá que CFK esté presente, a su modo, encima de los temas. Todo indica que su opinión influirá sobre lo que ocurra a partir del próximo martes con la apertura de una mesa de trabajo que comenzará a sesionar en el local nacional del PJ, en Matheu 130.
Allí se debatirán definiciones electorales como el nombre que adoptará la coalición peronista para competir en las urnas. La propuesta de Sergio Massa parece ir ganando consenso, la idea de que las boletas (tanto la boleta única de papel o la papeleta tradicional) digan, simplemente, “Peronismo”.
Habrá que ver si lo que empieza a debatirse el martes tiene la aceptación de la corriente que surgió en la provincia de Buenos Aires con la figura de Axel Kicillof como factor aglutinador. No puede descartarse que el 9 de julio -fecha en que vence la inscripción de alianzas- se anoten en la Justicia dos coaliciones de impronta peronista. Ese escenario, el menos probable, podría derivar en una negociación muy tensa y de última instancia, sobre el gong de la campana.
En sus últimos pronunciamientos, vía mensajes de audio, Cristina invocó varias veces la palabra “unidad”. Quienes la vieron en los últimos días entendieron que ese es el espíritu que prevalece en sus reflexiones. “Confío en la madurez de todos”, transmitió a Tiempo un referente del kirchnerismo con mucha historia.
En la misma línea se pronunció el diputado del PJ porteño Eduardo Valdés, quien pudo escucharla y verla cara a cara el jueves 12. Ese día la visitó en San José junto a su amigo Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz. Pérez Esquivel quiso visitar a CFK junto a su hijo Leonardo y su nieto Dante. “Estamos unidos. Esa es una de las cosas que me enamoran de la causa que milito. En los momentos más difíciles es cuando estamos más juntos”, graficó Valdés en una entrevista con FM Delta.

Valdés estuvo ayer entre los más de 30 legisladores nacionales y porteños, más dirigentes de la oposición, que intentaron visitar al extitular de Vialidad, Nelson Periotti, en la Unidad Penitenciaria 19 de Ezeiza. Periotti tiene 80 años. “Permanece detenido en cárcel común a pesar de reunir todos los requisitos legales para la prisión domiciliaria”, denunció la comitiva, de la que formaron parte los senadores Juliana Di Tullio y Oscar Parrilli.
Lo que está en juego, advierten varios dirigentes, es demasiado importante. En particular para el peronismo, pero también para el resto de las fuerzas políticas. La senadora Di Tullio, por caso, lo definió como “la peruanización de la Argentina”. “No va a haber intendentes ni gobernador ni presidentes que puedan administrar porque van a estar bajo el apriete de jueces y fiscales gobernados por el poder económico. Ese no es un país con futuro, eso no es Argentina. Argentina es otra cosa”, resumió Di Tullio tras una consulta de Tiempo.