La cuenta regresiva hacia el Mundial 2026 se vive con entusiasmo, pero también con preocupación. Esta semana, el sindicato internacional FIFPro lanzó una advertencia que sacudió a la FIFA: las altas temperaturas registradas en varias sedes de Estados Unidos podrían representar un grave riesgo para la salud de los futbolistas. Ante esto, exigieron extender el entretiempo a veinte minutos y permitir pausas de hidratación más frecuentes durante los partidos.
Durante el Mundial de Clubes, jugado en condiciones extremas, varios jugadores y entrenadores se quejaron por tener que disputar encuentros bajo un sol abrasador. En lugares como Florida, se rozaron los 40 grados centígrados, una cifra que encendió todas las alarmas en la previa de la Copa del Mundo.
Un informe revelador y medidas urgentes
Según un estudio interno de FIFPro, seis de las dieciséis ciudades seleccionadas como sedes del próximo Mundial presentan riesgo extremadamente alto de estrés térmico, entre ellas Miami. Esto podría derivar en lesiones musculares, deshidratación severa y un rendimiento físico peligrosamente alterado. La propuesta es clara: pausas cada 15 minutos y más tiempo de descanso para permitir una recuperación mínima en climas tan hostiles.
Alexander Bielefeld, representante del gremio, fue tajante: «Lo que vimos en el Mundial de Clubes es una señal de alerta y es inhumano pensar que es algo normal», dijo al referirse al impacto del calor en los futbolistas. El pedido de FIFPro apunta directamente a revisar la programación horaria de los partidos, especialmente aquellos previstos en horarios de máxima exposición solar.
El conflicto con la televisión y las tormentas eléctricas
Desde el gremio reconocen que ya hubo conversaciones con la FIFA, pero también señalaron un obstáculo importante: los intereses televisivos europeos. Muchas transmisiones dependen de que los partidos se jueguen en horas centrales para el viejo continente, lo que coincide con el momento de mayor temperatura en América del Norte.
A este panorama se suman las tormentas eléctricas, un fenómeno habitual en varios estados norteamericanos. Según las leyes locales, cualquier evento al aire libre debe suspenderse inmediatamente ante una alerta meteorológica de ese tipo, lo que genera incertidumbre adicional para el desarrollo del torneo.
El desafío de proteger el espectáculo… y a los protagonistas
FIFPro valoró ciertas medidas ya aplicadas, como la entrega de toallas frías y agua en abundancia, pero insistió en que no alcanzan. La prioridad, afirmaron, debe ser la seguridad de los futbolistas, más allá de compromisos comerciales o logísticos. La pelota ya está en la cancha de la FIFA, que deberá decidir si ajusta el cronograma o asume el riesgo de enfrentar un Mundial marcado por el desgaste y las lesiones.