Lamine Yamal y Giannis Antetokounmpo son dos nombres que representan el presente y futuro del deporte mundial. El primero, una joya de tan solo 17 años que continúa brillando en el FC Barcelona. El segundo, un titán de la NBA que sabe lo que es ganar trofeos y el corazón de sus fanáticos. Ambos producen influencia tanto dentro como fuera del campo, pero sus contextos económicos se ajustan a modelos totalmente distintos.
Lamine Yamal, la joya blindada del Barcelona
El extremo del Barcelona no solo ha captado el interés mundial con sus gambetas, goles y asistencias. También se ha convertido en uno de los recursos más preciados del club catalán. En su renovación más reciente, Yamal firmó un contrato que le asegura 17.6 millones de dólares al año, monto que podría incrementar hasta los 23.5 millones mediante bonificaciones por rendimiento.
A nivel mensual, el español recibe cerca de 2 millones de dólares, situándolo como uno de los futbolistas con mejor remuneración de su edad en todo el fútbol europeo. Su irrupción en la temporada 2024/25 fue fulgurante: 55 partidos oficiales, 18 goles, 25 asistencias y tres títulos con el Barça. El club catalán apuesta por su máxima estrella.
Giannis Antetokounmpo y su contrato más pesado en la NBA
Del otro lado de la orilla, Giannis Antetokounmpo firmó en 2023 una extensión de contrato con los Milwaukee Bucks por 186 millones de dólares a lo largo de tres años. Esto equivale a 62 millones por temporada, más del doble de sueldo que recibe Lamine Yamal.
A sus sueldos se añaden millonarios acuerdos de publicidad con empresas como Nike, WhatsApp y Google, lo que incrementa sus beneficios totales anuales a más de 90 millones de dólares, de acuerdo con Forbes. En el universo de la NBA, donde el marketing, los derechos de televisión y la globalización se encuentran en su punto más alto, el ala-pívot es una marca viva.
Dos realidades, un mismo talento diferencial
Aunque Lamine Yamal simboliza la aspiración de una nueva generación en el fútbol europeo, Giannis Antetokounmpo es la manifestación más destacada del control físico, comercial y mediático en el baloncesto profesional. Ambos tienen el estatus de «estrella mundial»; sin embargo, sus acuerdos representan las prioridades y estructuras de cada industria.