Fue una autocrítica descarnada, como pocas veces se escuchó en voz de uno de los protagonistas más activos del sector empresario. La manifestó Marcelo Fernández, que además de dueño de una firma Pyme radicada en La Matanza es presidente de la Confederación General Económica (CGERA), una de las entidades que nuclea a referentes de todo el país.
Su definición fue lapidaria. “Fuimos ladrones con los precios”, aseguró, en relación al desprecio que hubo hacia los consumidores por parte del empresariado nacional en años en los que la inflación era moneda corriente. Ahora que está en el poder un Gobierno que toma como eje de su política económica el combate a esa distorsión en los precios en encuentran en un problema que parece no tener salida.
En una entrevista con Adrián Noriega y Norman Díaz en el programa Primer Plano por canal Somos, de Flow, el dirigente de la gremial empresaria reconoció que se les fue la mano a la hora de vincularse con el consumidor, aprovechando que había regulaciones y controles más estrictos para el ingreso de productos fabricados en otros países.
“Era complicado importar, pero no era cierre de la economía sino administrar el comercio exterior de una manera muy estricta. Por eso, con los gastos y costos que había, la importación no era tan competitiva para el mercado interno y sí podía imponerse el producto nacional. En eso hay que hacer un mea culpa: no lo subimos a aprovechar y fuimos ladrones con los precios”, reflexionó Fernández.
“Lo que valía uno lo cobrábamos seis”
En su análisis autocrítico, el titular de CGERA también consideró que el descontrol de la economía antes de la llegada libertaria al poder era, en una buena parte, responsabilidad del sector empresario, pese a los controles y las regulaciones impuestas por los distintas administraciones y los planes para que se vendan más baratos determinados productos, como los alimentos.
“Lo que valía uno lo cobrábamos seis. Preferíamos ganar en la unidad que en el volumen. Entonces, como vos la unidad me la pagabas yo te rompía la cabeza, porque además tenía monopolio. Este Gobierno (el de Javier Milei) vino a aleccionarnos: creo que tomó algunas medidas buenas desde el principio porque realmente había que bajar esos precios, pero ya llevamos 11 meses, ya aprendimos con el látigo”, sintetizó.
El gran desafío que queda ahora por delante tanto para el sector empresario como para la política es evaluar cómo seguir en cuanto al cuidado de los puestos de trabajo, que cada día desaparecen por el cierre de Pymes e industrias que no tienen ninguna chance de competir con la calidad y los precios de las importaciones. La pregunta que subyace, si esto sigue así, es de qué va a trabajar la gente en un futuro no muy lejano.
“Hoy como empresario ajustás con el empleo o no pagando impuestos, que es lo que está ocurriendo. Esto el Gobierno lo va a sufrir con la caída en la recaudación, cosa que ya está pasando. Si este es el camino al que queremos apostar, me parece que va a ser complicado en lo social y evidentemente en lo productivo”, cerró Fernández.
